XII

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Media hora más tarde Jungkook finalmente se armó de valor y se dirigió a su habitación. El silencio era inquietante. Había visto que el Jeep de Jimin todavía estaba aparcado en la entrada, por lo que aún estaba en su habitación. Empezó a temer que se hubiera hecho daño cuando destrozó su dormitorio. El miedo y la preocupación por su bienestar le hicieron finalmente moverse por el pasillo. Abrió la puerta lentamente y se quedó en estado de shock al ver la devastación que había creado.

Su aparador estaba hecho pedazos y su ropa tirada por toda la habitación. Su cama, el colchón y el somier destrozados, por lo que parecían cuchillos pero sabía que Jimin lo había hecho con sus garras. Su otra mesita de noche también estaba destrozada. Las paredes estaban llenas de agujeros. El ventilador del techo estaba colgando por los cables y las aspas estaban rotas. Las lágrimas inundaron sus ojos y se dio cuenta de que le iba a costar una fortuna arreglar la habitación.

Tragó saliva y entró.

Jimin no estaba. Se acercó a uno de los postes de la cama, en el suelo había un cajón de la cómoda con su ropa. La lámpara estaba rota en el suelo. Entró en el cuarto de baño y vio que no lo había destrozado. La ventana del baño estaba abierta y Jimin no estaba allí. Se volvió y estudió cuidadosamente su habitación de nuevo, todavía estaba horrorizado por lo que Jimin había hecho. Su mirada aturdida volvió al ventilador de techo. Se preguntó si los cables rotos podrían causar un incendio.

Se secó las lágrimas que caían por su rostro. Jimin se había ido y había destruido su dormitorio. Mientras recogía la ropa del suelo, silenciosamente se preguntó si lo habría lastimado si no hubiera salido corriendo de la habitación. Se quedó mirando el colchón destrozado y luchó contra las lágrimas. Llorar no arreglaría este lío. Descubrió que no había tocado su anuario. Tenía dentro las maletas así que se acercó a él con mucho cuidado de no cortarse los pies.

Recogió la ropa que pudo de los cajones rotos, la ropa del armario y se aseguró de que el interruptor del ventilador del techo estuviera apagado. Arrastró las maletas y cerró la puerta del dormitorio. Dejó las maletas en el pasillo. No quería volver a su habitación, pero sabía que tendría que entrar para recoger las cosas del baño. Se quedaría en la habitación de invitados, por ahora.

¿Dónde estaba Jimin? Su Jeep estaba en la entrada, pero no había visto su ropa en la habitación cuando recogió la suya. Eso significaba que no había salido de su casa por la ventana del baño con cuatro patas. Él se había marchado a dos patas y vestido con su ropa. La ira se apoderó de él.

Se había marchado por la ventana para evitarlo.

Cobarde.

Se había vuelto loco después de morderlo y se había largado sin molestarse en ver cómo estaba. Jungkook luchó contra el dolor y la rabia que brotó en su interior. El timbre de la puerta sonó. ¿Era él? Se preguntó si él estaría lo suficiente calmado ahora para hablar o si tal vez regresaba para recoger las llaves de su Jeep. Caminó lentamente hacia la puerta y respiró hondo.

Jungkook enderezó los hombros, abrió el cerrojo y abrió la puerta para hacerle frente a cualquier estado de ánimo de Jimin.

Jin estaba pálido y las lágrimas aguaban sus ojos marrones oscuros.

—No le dije a tu tío nada de lo que pasó aquí. Le dije que me pelee con mi hermano por lo que piensa que salí a dar un paseo para calmarme.— Jin entró en la puerta, agarró a Jungkook, lo atrajo a sus brazos y le dio un fuerte abrazo.— ¿Estás bien?

Jungkook envolvió los brazos alrededor de su cintura y negó con la cabeza.

—No.

—Mi pobre bebé. ¿Dónde está Jimin? Quiero hablar con él. Sabía que no debía tocarte sin condones. Fue una estupidez. Sé que no entiendes mucho de esto, pero maldita sea, fue estúpido dejarlo follarte sin condón. Cuanto más fuerte es el olor de ellos y del sexo, más fuerte es el impulso de aparearse. Era sólo una cuestión de tiempo. Yo...

🐺 Jikook 🐺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora