VII

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El bar de Jimin no estaba muy lleno durante el día. El camarero era de unos veinticinco años, tenía el pelo corto y negro, unos ojos verdes asombrosos y dos piercings faciales, en los labios y en las cejas. Él miró con curiosidad a Jungkook cuando Jimin los presentó.

—Échale un ojo, Taemin. Él es el sobrino de Namjoon y es humano, es consciente de lo que somos.

Taemin frunció la nariz y arqueó una ceja a Jimin.

—Lo has marcado. Pensé que te estabas viendo.....

—Eso es todo. — Jimin lo cortó. — Voy a mi oficina unos minutos y vuelvo. — Jimin miró a Jungkook. — Tu culo no se levanta de ese asiento. No quiero que se repita lo de la otra noche. Si quieres bailar, espera a que vuelva y bailare contigo. Tengo que encargarme de algunas cosas mientas estamos en la ciudad.

Se alejó y dejó a Jungkook con el camarero que seguía observándolo. El muchacho se acercó más a Jungkook.

—Él no lo hace con humanos. Debes ser muy bueno en la cama para que te marcara.

Jungkook ignoró el comentario.

— ¿Puedes servirme un poco de Ron?

El hombre se alejó y un minuto más tarde, colocó el vaso frente a Jungkook.

—No puedes tenerlo. — Taemin le dio una fría mirada. — No lo conservaras por mucho tiempo. Él se cansará de ti humano, porque eres frágil. A él le gusta lo duro. Le gusta cambiar parcialmente porque no tiene que controlarse. — Taemin le sonrió. — Él te rompería los huesos o te desgarraría por dentro si no se controla.

Jungkook tomó un sorbo a su bebida y estudió al Barman, trató de ocultar su ira y daño que le habían hecho esas palabras.

—Estoy pensando que tus ojos no son verdes de nacimiento. Sé que es la época de apareamiento. ¿Tenías la esperanza de que te follara? Apuesto a que te jode de que él este en mi cama en vez de la tuya.

Taemin soltó un gruñido y le mostró los dientes afilados. Jungkook se echó hacia atrás.

—Tranquilo Taemin. Soy el sobrino de Namjoon. A él realmente le molestaría que me pusieras una pata.... encima. Él es muy protector conmigo y los dos sabemos que eres mucho más fuerte que yo, por lo que no sería una pelea justa.

Gruñendo, el hombre se dio la vuelta y se marchó al otro extremo de la barra. Jungkook sabía que se había portado como un bastardo, pero ya le molestaba mucho saber que él no era lo que Jimin quería, como para que se lo restregara en la cara el imbécil ese. Jungkook se sentó, se dio la vuelta y echó un vistazo alrededor de la barra. Vio a unos quince hombres en el bar, pero no había mujeres en él. Uno de los hombres se puso de pie, agarró su cerveza y se puso a caminar hacia él. Cuando estuvo a unos cinco metros de distancia lo vio inhalar, oliéndolo. Se detuvo. Olió de nuevo y luego frunció el ceño. Su mirada confundida se cruzó con la de él.

—Estás oliendo bien, Jaebum. — dijo Taemin. — Jimin lo marcó y sabe lo que somos.

La mirada aturdida de Jaebum saltó a Taemin.

—Pero... él es... ¿Qué diablos?

Jungkook suspiró y se volvió hacia la barra para tomar un trago de su bebida. El hombre estaba sorprendido porque Jimin lo había marcado. Esto era sólo un recordatorio más de por qué Jimin jamás lo aceptaría como su pajera. Taemin soltó un bufido.

—Quién sabe, pero lo hizo.

A Jungkook le sorprendió que la manada no se haya enterado de que Jimin se había visto obligado marcarlo, quizás Namjoon haya hecho callar a ese rumor, ya que si alguien podía hacerlo, era él.

🐺 Jikook 🐺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora