Muerte

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— No puedo creer que algo como eso saliera de tu boca papá— la mini Haruno habló luego de ver a todos tan sumergidos en su mundo— se nota que son dimensiones distintas.

Cuan equivocada estaba la niña, sin saber que palabras todavía más dulces habían salido de esos labios para ese mismo rubio que había persistido tanto por regresarlo a la aldea, tiempo pasó pero esas palabras aún seguían resonando en los oídos de ambos hombres solo que no con la misma fuerza.

— Ya es mucho por hoy, vayamos por la cena y mañana continuamos con todo.

Así fue, la cena pasó bastante tranquila con risas y burlas a la pareja dueña de la casa, todos luego de un día agotador fueron a sus respectivos dormitorios y sin más a descansar hasta el día siguiente.

Las siete de la mañana eran, la mayoría ya estaban despiertos debido a las actividades que tenían, un temblor hizo que todos dejarán su ensueño para volver a la realidad, una en donde la aldea estaba siendo atacada.

Toda la familia salió a ver qué ocurría, vieron como el cielo era opacado por un aura siniestra, lo que parecía ser un hombre estaba en este, sus ojos grises y cabellera castaña no podía ser ingnorada, la risa retumbó en todo el lugar, haciendo que las viviendas fueran abandonadas junto a la paz que se podía apreciar día tras día en lo que era la gran Konoha.

— ¡Menma y los demás, entren a la casa ya mismo!

— ¡Sasuke's ayúdenme a evacuar a toda la gente, Hinata quédate con los niños, Sakura ve por tu otra yo y Karin para refuerzos, nosotros nos encargamos de esto!

Todos corrieron a lo que tenían que hacer, Karu y Kyra se sentían avergonzados con todo, no querían estar allí pero no tenían otra alternativa más que obedecer.

— ¡Seres insignificantes! ¿En serio creen que tienen oportunidad contra mi?— poco a poco el aura maligna aumento mientras todos corrían asustados— no tienen idea a lo que se enfrentan.

— ¡Tu tampoco la tienes!

Estaba echo, una guerra se desataría, no de esas en los que están metidos otras naciones pero si una en la que la tierra reclama sangre por la burla que se le estaba haciendo.

El corazón del azabache y sus hijos retumbó al escuchar un golpe fuera, ya la gran parte de la aldea estaba siendo evacuada a la aldea vecina con la ayuda de Kakashi y su esposo, el Kazekage no negó el paso y al contrario, ayudo a que todos estuviesen a salvo y con protección, esa era toda la ayuda que por el momento podía brindar.

— Ya casi terminamos, faltan un par de personas.

— Necesito ir con Naruto.

— Ya terminamos, hay que ir.

Se dirigieron al lugar, ambos rubios habían echo que la pelea ocurriera fuera de la población, era bien sabido que ya no había casi nadie pero no quería provocar mayores estragos y lo más importante, los niños aún se encontraban en la residencia Uchiha Uzumaki.

— ¿Por qué hacen esto?

— No es de tu interés objeto mal oliente.

— Este maldito.

La llegada de los azabaches había sido retrasada por la presencia del par de hermanos Pelirrojos, la batalla dúo a dúo dió comienzo, en cada sitio se encontraba un un par, era de los más fuertes, claramente darían batalla y no permitirían la derrota.

El tiempo transcurría, el cansancio sin duda había comenzado a notarse, con los Uchihas, iban perdiendo el par de hermanos, estaban dando todo lo que tenían y aún así no lo habían logrado, por otra parte con el dúo rubio no estaba tan bien, a pesar de la gran cantidad de chakra que eran capaces de obtener, no estaba siendo suficiente, ni las técnicas ni el kyubi.

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