V. Arrebato de furia.

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En cuanto la lechuza salió volando con su carta atada en una de las patas Anacaona se tomó unos minutos en procesar mejor todo lo contado por Rose. Era conciente del peligro que podían correr todos los magos hijos, parejas o amigos de muggles dentro de la mayoría de sociedades mágicas, por lo que la angustia dentro de ella no disminuía sin importar como intentará calmarse.

- Jodidos puristas.

- Leon en un lugar que se parece a ella utilizando su vulgar y características forma de expresarse. Que momento tan satisfactorio y a la vez no.

Lucius Malfoy estaba en la entrada a la torre de lechuzas, mirando todo con asco.

- Si, este es tu lugar perfecto.

-¿Y tu que diab... y tu que quieres?

El platinado arqueo las cejas antes de girar a verla con curiosidad.

-¿Frenas tu insulto? eso me gusta.

Avanzó largos pasos hasta donde ella quien sostuvo su varita de forma casi automática.

El chico rodo los ojos antes de mirarla fijamente.

- Escucha, tenemos un asunto pendiente... dos realmente.

La morena decidió no apartar la mirada y para su desgracia, su mente le jugo una mala pasada y termino perdiéndose en los grises ojos del chico. Eran lindo pero a la chica por alguna razón le costaba encontrar malicia en ellos ¿no que los ojos son el espejo del alma?.

-¿Me estas escuchando? - pregunto irritado.

- No, lo siento, es que esa lagaña enorme en tu ojo derecho me desconcentra.

El chico la miro con odio antes de darse media vuelta y limpiar sus ojos para no encontrar nada.

El bufido del chico bastó para que olvidará su preocupación de un posible ataque y sonriera divertida.

- Eres insoportable.

-Gracias, supongo que compartimos algo.

La carcajada del chico le sentó como una pedrada en el estomago.

-¿Tu y yo? - volvió a reír - jamás seremos iguales. Ni en tus pensamientos.

Anacaona río falsamente, figiendo tan bien como podía que las palabras del chico le daban igual, aunque la mirada burlona del rubio le hacía entender que no se tragaba su actuación.

-Pues gracias a Dios porque ¿quien quiere ser como tu? un imbécil presuntuoso dependiente de sus padres para tener fama y dinero, sin amigos y sin amor de nadie porque todos saben que esa relación que tienes con Narcissa es un farsa, ella misma lo ha dicho, cosas de familia ¿eh?

Rápidamente la expresión de burla fue reemplazada por una de furia. Anacaona quizo sonreír porque sabía que había dado en el clavo, pero el chico de un manotazo mando su varita a otro lado de la torre. La tomo con fuerza de los hombros y la empujó contra la pared dispuesto a ahorcarla, la morena le lanzó una bofetada dispuesta a huir pero el rubio tomó sus manos con las suyas y empezaron un forzejeo donde ella tenía todas las de perder.

Finalmente el chico la acorralo y sometió tomándola fuertemente de las muñecas. Se miraron fijamente, ella con temor y el con furia.

-¡No sabes una mierda de mi! ¿escuchaste? ¡NADA! ¡ASÍ QUE NO PRETENDAS HACER CÓMO QUE LO SABES TODO PORQUE NO ES ASI!  - le rugió en la cara. 

No fue conciente de cara tenía pero solo pudo ver una breve mirada de arrepentimiento en Lucius antes de soltarla y salir de allí refunfuñando y soltando injurias contra ella.

Tomó su varita y salio de allí tan rápido como pudo.

-¿Caona? -la dulce voz de Narcissa le hizo dar un respingo al girar una esquina - ¿estas bien?

La Gryffindor se obligó a tragarse el nudo en su garganta.

- Perfectamente - dijo con la voz un poco mas distorsionada de lo que pretendia.

La rubia la miro con preocupación antes de asentir.

- Iba hacia la biblioteca ¿Me acompañas o necesitas ayuda en algo?

-Yo.. yo, mejor me ire, si, debo ir, ya sabes...

- No entiendo.

Caona soltó un bufido.

- Déjame en paz Narcissa.

La ignoro y siguió su camino hasta la torre de Griffindor.



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- No puede ser - murmuró Rose ante lo contado por su amiga de lo sucedio hace ya días.

- Pues fue. Soy una estúpida ¿cierto?

Rose frunció los labios y solo se dedicó a peinar sus cabellos rizados.

- Mejor vayamos por unas cervezas de mantequilla y algo de chocolote, con eso olvidarás ese desliz.

-Fue hace ya días, ya ni me importa - quizo restarle importancia jugando con la nota entre sus manos.

- Si claro, si lo quieres ver asi.

Caona la miro a través del espejo y la castaña le sonrió.

- Listo.

Los rizos de Anacaona estaban más definidos y perfectamente rizados, callendo como tranquilos espirales de chocolates sobre su espalda, un clip de rosas decoraba el lateral izquierdo de su cabeza.

- Quedó bellísimo.

-Tu estas bellísima.

Dio un repaso en su vestimenta. Un vestido de tirantes azul oscuro, medias largas negras, zapatos altos cerrados con cintas, y un suéter de botones grandes blanco.

- Tienes razón, me veo bien - dijo como toda una buena narcisista antes de levantarse y tomar de la mano a Rose -  ahora vamos.

- Eh, dejaste caer tu...

Rose se agachó para tomar la nota que tenia Caona en sus manos hace rato. Por accidente la abrió y dejándose llevar por esa voz entrometedora en su cabeza leyó el contenido de ella.

"Siento lo que paso, ese comportamiento no fue digno de mi."

No tenia un emisor, pero eso no importaba pues la mente de Rose trabajo más rápido de lo esperado y supo de quien se trataba.

- Oh, gracias - dijo Anacaona antes de tomar la nota y guardarla sin haberse fijado en que Rose leyó su contenido.

¿Lucius Malfoy... se había disculpado?

ANACAONA | Lucius MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora