I. Té y Chismes.

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Las diferencias entre el Callejón Diagon y El Punto Místico eran muchas. Para empezar los nombres eran muy diferentes y mientras que el Callejón Diagon para los muggles británicos no significará nada, para los muggles dominicanos "el punto místico" podría referirse a un lugar donde vendan sustancias ilícitas, lo cual trajo más de un problema a la comunidad mágica que involucraba policias.

El punto místico o E.P.M (como debieron abreviarlo para dejar de llamar la atencion Muggle) estaba situado bajo tierra, tenia varias entradas al rededor de la ciudad capital; Santo Domingo. Solo debías golpear la tapa de la alcantarilla con tu varita y te deslizabas por un tobogán o bajabas unas escaleras hasta una ciudad subterranea, habían edificaciones al estilo victoriano sin detalle mágico alguno más allá de algunos llamativos letrero y el cielo encantando donde podías ver el clima arriba. Las calles eran estrechas y los edificios estaban muy pegados, aparte de eso solo había tierra en todo el terreno con plantas mágicas exóticas y únicas de alla, la comunidad mágica en República Dominicana era muy pequeña.

- ¿Y que te parece? - pregunto su madre mientras avanzaban entre los magos vestidos con túnicas y sombreros de todas formas y colores.

- Es raro - murmuró Anacaona -. Hay demasiada gente, todos andan muy apresurados - comentó observando todo con detalle -, no me gusta.

Leonor río tomándola de los hombros.

- Te acostumbrarás - dijo guiandola hasta un ricon algo solitario.

Leonor saco de los bolsillos de su pantalón la lista de los materiales que Anacaona necesitaría para su quinto año en Hogwarts.

Soltó un suspiro nostálgico tocando la carta.

- Ya pronto cumplirás diesiseis - murmuró sin levantar la vista.

Anacaona se sonrojo profundamente antes de desviar la mirada con una sonrisa.

- Por favor en público no.

- Descuida, guardaré las lágrimas para ese dia.

Decidieron que ir a comprar los libros primero sería lo mejor, una vez dentro Anacaona miro con curiosidad todo el lugar, estaba lleno de alumnos con sus padres o en grupos.

- Aguarda aquí, iré a preguntarle al señor que atiende el local.

La bruja camino hasta un mostrador lleno de libros y comenzó a interactivo con el hombre de ahi. Cuando vio a su madre sonreír supo que la conversación iría a largo así que empezó a distraerse caminando por la libreria.

Se detuvo frente a una ventana, y sin fijarse en el exterior miro su reflejo, aliso la falda de su vestido amarillo canario de tirantes y falda larga, acomodo su cabello rizado que caía sobre sus hombros y por ultimo peino sus cejas que olvido peinar en la mañana. Una vez que creyó estar lista miro más allá de su reflejo y se topo con unos ojos azules. Ni se detuvo a ver que tipo de mirada le dirigía el chico rubio, se aparta rápidamente de la ventana, completamente roja, y empujó a una mujer que pasaba por allí accidentalmente.

- Fijate por donde caminas, niña.

La elegancia que desprendía esa mujer le hizo observarla. Era morena de un tono claro, su cabello estaba lacio y en las puntas llevaba ondas un poco esponjadas, caían sobre sus hombros y espalda con delicadeza. Al igual que su cabello sus ojos eran de un tono oscuro, sus facciones eran finas y delicadas.

Estaba vestida con una elegante túnica de cuello color morado oscuro con bordeados plateados, zapatos altos que la hacían ver más intimidante y hermosa. En sus manos de dedos largos y bien cuidados llevaba dos libros de portadas verdes pero uno de sus dedos golpeaba la portada de uno de ellos mientras le dirigía una mirada a la muchacha que casi la hace darse media vuelta e irse.

ANACAONA | Lucius MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora