VI. Advertencias

258 25 0
                                    

Hogsmeade era un pequeño pueblo mágico que se veía bastante cálido, pero el calor de las tres escobas fue lo que mas encanto a Caona la primera vez que estuvo allí. 

Rose, Elizabeth Duncan y ella estaban sentadas en una mesa en la esquina mas fresca que encontraron, por la insistencia de Elizabeth por hallar un sitio frio y las de Rose por optar donde halla calor. 

Las tres tomaban cervezas de mantequilla, cuando la Hufflepuff levanto la mirada y observo a la morena con intensidad. Sus ojos fríos y marcados por unas muy profundas ojeras observaron su cabello perfectamente rizado y luego su  vestuario. 

- Cielos, Caona, que linda te pusiste hoy. ¿Tendrás una cita o algo?

Rose levanto la mirada de su cerveza para mirar con sospecha a su compañera. Caona rodo los ojos. 

- Si, tengo una cita, con mis dos mas grandes amigas dentro de Hogwarts, aunque no es como que tenga muchos fuera - dijo, dando un trago a su cerveza. 

Elizabeth llevo su mirada mas allá de Caona, la morena volteo también, topándose con, oh sorpresa, Lucius Malfoy junto a Narcissa Black. 

- Maldita sea - chisto en voz alta, volteándose rápidamente.

Adiós comodidad. 

- Tengo mucha curiosidad, Caona - empezó Elizabeth mirando con intensidad a la chica. 

- Deja de mirarme así, en el nombre de Merlín, Dios, o quien signifique mucho para ti. 

- ¿eh? - Elizabeth parpadeo confundida - ¿mirarte como?

Las Gryffindors compartieron una mirada breve.

- No, olvídalo - suspiro la morena antes de tomarse todo el contenido de su tarro -.  Pide otra ronda, iré al baño.





[. . .]

Lavo sus manos y seco con papel. Acomodo su cabello y duro unos segundos mas mirándose al espejo

- Vida de mierda - refunfuño.

Salio del baño y a su vez, un chico la esperaba en el oscuro pasillo que daba hacia el bar. La morena decidió ni prestarle atención y continuar su camino.

- De leon, aun tengo que hablar contigo.

Giro a verlo, soltó un suspiro y se cruzó de brazos.

- Te escucho.

Lucius Malfoy sonrió, pero con engreimiento haciendo a la chica rodar los ojos.

- Escucha... El trabajo de herbologia.

Y obvio que solo hablarían de eso, la vergüenza, el orgullo y la cobardía eran parte de ellos en ese momento.

-¿Cuando y donde? - pregunto ella.

-Mañana, en la biblioteca.

Ella asintió, de acuerdo con el, se dio la vuelta dispuesta a irse pero el le detuvo, esta vez dejando su mano sobre el hombro de la chica y apretó brevemente.

- Hay algo mas... que debo decirte.

Caona se giro a verlo, el aún mantuvo la mano sobre su hombro y el contacto visual les resultó incomodo, por lo que se alejaron un paso y el retiro su mano del hombro de ella.

- Te escucho.

- Los Davies son... muy apreciados por mi familia. Por lo que, a pesar de la decisión de Thomas sobre tu madre... -el ceño de Anacaona se frunció profundamente y el chico rápidamente corto por donde iban sus comentarios- el punto es, que aprecio a Thomas Davies, y se, por lo que me a contado Francis que eres importante para el, entonce, como buen amigo voy a tomar la iniciativa que Francis no puede porque lo están vigilando y te diré; aléjate de Bellatrix, no te quedes sola con ella ni un segundo.

- Pero - estaba tan sorprendida que no sabia ni que decir - ¿Por que?

- Cosas malas están pasando... cosas malas a personas como tu.

Y con aquello ya supo que todo estaba mal.

- ¿Y que hay de ti? - se atrevió a preguntar, mirándolo con incomodidad y enojo -¿también debo alejarme de ti?

- Por supuesto que deberias... En primer lugar, ni siquiera quiero a alguien como tu cerca de mi.

La chica se mordió los labios y miro al suelo.

- ¿Por les cuesta tanto comprender... que todos somos serés humanos? - murmuró ella, con la mirada baja pero llamando la atencion del chico -, con o sin magia.

Ella empezo a dar varios pasos atrás. Se sostuvo una muñeca, donde el una vez le habia tomado con fuerza y levantó la mirada con esa altanería que le caracterizaba.

- Quiero disculparme contigo por lo de aquella vez, pero jamás te vuelvas acercarte a mi, yo tampoco te quiero cerca de mi.

Y sin más se giro y camino hasta su mesa donde le esperaba una tarra con cerveza de mantequilla.

-¿Porque tardaste tanto?  ¿moriste y reviviste allí adentro? - se burló Rose.

La morena suspiro tomando asiento.

-Ojala.












ANACAONA | Lucius MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora