❝𝐺𝑎𝑡𝑜𝑠!❞ [𝙲𝚛𝚎𝚎𝚔/𝚃𝚢𝚍𝚎]

#8

Cada vez faltaba menos para que Tweek tuviese a sus gatitos, menos de una semana, si, el tiempo había pasado tan rápido que Clyde no lo podía creer.

Clyde le había hecho un pequeño nido a Tweek para cuándo tuviese a los bebés, era una caja mediana, con algunas sábanas para que Tweek estuviese cómodo, a Tweek le gustó mucho el nido que le había hecho, estaba orgulloso con su trabajo.

Craig últimamente estaba sobreprotector con Tweek, se ponía muy nervioso cuando alguien se acercaba mucho a Tweek, no le gustaba ni un poco que invadieron el espacio de este, Tweek no parecía tener problema con esto, tal vez le parecía algo atractivo en Craig

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Los días seguían pasando, ya faltaba tan poco y Tweek había estado nervioso y comiendo cada dos por tres, se veía preocupado y algo adolorido. En los últimos días había maullando mucho más que los otros días, lo cual les preocupo mucho a ambos. Tolkien se solía sentar alado de Tweek y le acariciaba la cabeza para intentar calmarlo, lo cual parecía tener resultados.

Ese día, o más bien esa noche fue la noche en la que Tweek se puso a dar a luz.

Tweek se puso a maullar más de lo normal, por lo cual salieron a ver cómo estaba; vieron a Tweek, con las sábanas abajo de él sucias y con Craig calmandolo, se alteraron y se pusieron manos a la obra para ayudarlo.

Tweek no paraba de lloriquear mientras Tolkien lo ayudaba con sus bebés; había pasado una hora desde que Tweek empezó a dar a luz y apenas salía la cabecita de uno de los bebés.

Clyde intento llamar al veterinario de los gatos pero este no respondió, así que no sabía que más hacer, pero para suerte de todos, el primer bebé empezó a salir, con algo de dificultad, pero lo logro.

Los siguientes dos salieron con más facilidad que el primero, así que se calmaron. Habían sido 2 horas desde que Tweek empezó y termino, se demoraron unos 20 minutos más para asegurarse de que no nacieran más, pero no parecía que pasaría, así que dejaron a Tweek y sus cachorros solos, al cuidado de Craig.

Apenas volvieron al cuarto, Clyde se puso a llorar mientras era consolado por Tolkien, estaba orgulloso de que al fin era abuelo...

Se venía una nueva etapa en la vida de ellos.