❝𝐺𝑎𝑡𝑜𝑠!❞ [𝙲𝚛𝚎𝚎𝚔/𝚃𝚢𝚍𝚎]

#11

Era de noche, las ocho de la noche y Clyde y Tolkien se preparaban para ir a casa de Kyle Broflovski. Era el cumpleaños del pelirrojo y él les había invitado a su casa a celebrarlo, así que aceptaron sin problema, aunque tendrían que dejar a los gatos solos, pero no era como si no pudieran estar solos, así que aceptaron ir.

Se terminaron de arreglar y tomaron el regalo, se despidieron rápidamente de Tweek y los pequeños gatitos, quienes dormian plácidamente cerca de Tweek, para después marcharse.

Cuando ellos se fueron, Tweek miro algo deprimido la puerta del cuarto, se sentía algo solo desde hace días y también se sentía enojado, por el hecho de que Craig "decidiera tomar su sucio rabo e irse".

No eran buenos tiempos, pero Tweek no pensaba quedarse ahí acostado sin hacer nada; así que, con cuidado se levanto, miro dulcemente a sus hijos y se dirigió a la ventana de la cocina, la cual era la ventana por la que Craig siempre se iba sin decir nada y salió.

Esa ventana daba a la nada, solo un pequeño rincón por el cual era difícil pasar, pero se podía pasar. Con cuidado salió a la calle y se encamino buscando a Craig, reconocia el olor de Craig, así que no le sería difícil encontrarlo.

Se tardó unos cinco minutos en llegar a su destino y ahí lo vio, recostado en el techo de una casa con otros gatos, dos hembra y tres machos. Se enojo bastante.

Desde abajo le gruño de la forma más feroz del mundo y Craig se asustó demasiado ante el grito del rubio, pero sobretodo, porque Tweek estaba ahí.

Los demás gatos se fueron corriendo, dejando a la pareja sola.

Tweek, entre gruñidos le pregunto quienes eran ellos y Craig no supo cómo responder, solo bajo de dónde estaba para hablar con el rubio tranquilo. Craig se trató de explicar, pero Tweek no parecía escuchar lo que decía, trato de explicarle que ellos eran solo amigos, pero no funcionó.

Tweek le dió un rasguño fuerte y se fue corriendo de vuelta a su hogar, con sus ojos celestes hechos agua.

Craig se oculto el rasguños que fue hecho en su cara con sus patas.

Debía ir a verlo cuanto antes, pero le había dejado demasiado lastimado, que no pudo hacer nada en ese momento.

Hablaría con él después...