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🔥Kyojuro Rengoku🔥1/2

Mi cuerpo no se movía por más que quisiera, mi respiración era pausada comparado con el latido de mi corazón. Estaba escondida en el armario que había en el salón mientras observaba como el profesor Rengoku dominaba aquella profesora alegre que me daba clases de literatura mientras sus intenso ojos miraban a mi dirección con hambre.

Trague duro sintiendo como una gota de sudor caía por mi sien, mis piernas comenzaron a temblar un poco deseando aquello que para mí era algo inexperto. Siempre fui una chica ajena a la sexualidad, siendo virgen, joven e inexperta jamás me sentí atraída por el sexo o algo que tenga que ver hacia ello. Así era feliz, ¿por qué tuvo que llegar él y arruinarlo?

En mi último año de estudio. Este profesor llegó un día presentándose ante el consejo estudiantil como el nuevo profesor de Historia y desde el primer día que lo vi mi cuerpo comenzó a moverse de manera extraña deseando que ese hombre me tocara, que me profanara, que se llevará toda inexperiencia de mi virgen cuerpo y mente.

Mordí mi labio inferior cuando soltó aquel gruñido grutural, no era la primera vez que hacía este tipo de cosas. Frente a los demás era un terrón de azúcar que hasta los chicos le regalaban dulces gracias a sus increíbles clases, elogiado por los profesores, pero terriblemente sexy y dominante cuando estábamos solos.

Todo empezó con un roce de manos en una de sus clases, cuando nos quedamos solos una vez en la biblioteca hasta tarde, los libros fueron testigos de aquel beso que se llevó parte de mi inexperiencia pasional.

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—_______-chan —Narita, la mano derecha de la presidenta me entrego los últimos informes de los chicos de nuevo ingreso—. Esto es todo por hoy, si no puedes terminarlo no importa. No es necesario tenerlo para mañana, tienes tienes tiempo.

—Lo sé, ya sabes que vivo sola así que no tendré mucho problema si llego tarde a casa.

Ese es un problema, mi madre trabaja y por ende la veo solo los fines de semana, debido a sus recurrentes empleos tuve que madurar antes. A veces ni siquiera la veo.

—Eso lo comprendo —dijo sacándome del trance—; es sólo que no quiero que te vayas tan tarde. Esta vez no podré acompañarte.

—Yo puedo llevarla.

Ambos miramos a la dirección donde provenía aquella imponente voz, el profesor Rengoku tenía unos cuantos libros en las manos colocándolos en la mesa con su típica sonrisa.

—No soportaría que algo malo le pasará a un estudiante fuera de clases. Sobre todo si es una chica.

Narita y yo nos miramos un momento asintiendo. Él era muy precavido con los profesores, sobre todo con Rengoku-san en particular no sé porque esa forma de ser. No me cuenta mucho de él o tal vez, ¿sabe algo que yo no?

—Esta bien —hablo después de unos cuantos segundos tensos, miro la hora en su teléfono y me dio un beso en la mejilla haciéndome sonrojar por tal inesperado acto—. Llámame cuando llegues —susurro—; cuidate mucho ________.

Así sin más se fue dejándonos a nosotros solos con amargo silencio. Mire al profesor de reojo que no dejaba de ver la puerta de la biblioteca fijamente. Por un segundo. Su sonrisa no era la misma.

Esta era forzada.

Después de un rato, la campana sonó dando a entender que el fin de clases terminó, solo quedarían los alumnos que estaban en clubes y yo por supuesto tenía que quedarme a terminar esto y tener el fin de semana libre de trabajo.

Miraba de vez en cuando a Rengoku-sensei detallandolo un poco, era alto, musculoso e imponía mucho aún así que estuviera tranquilo. En ocasiones lo encontraba observándome también, en otras chocabamos miradas ocasionando que mi corazón latiera fuerte.