💎Satoru Gojo/¿Ryomen Sukuna?♦️¹

315 27 4
                                    

El sonido del tictac marcado en el reloj era lo único que se escuchaba en esa habitación, el papel delante de mi, el clima frío y gris acompañado con el crujir de mi corazón daba un toque tétrico al trasfondo.

Nanami trataba de no verme a la cara, lo cierto es que yo tampoco hacía el menor reparo en hacerlo porque no tenía los ánimos suficientes.

— ¿Estás segura de esto _____? —Pregunto el rubio con la voz pesada.

—Totalmente —sentencie.

Firme los papeles donde ya la firma de mi esposo reposaba, ni siquiera tuvo el mínimo reparo en aparecerse por aquí. De seguro debía estar disfrutando de las mil putas en cualquier bar caro de la ciudad.

—Debes pedir la manutención, lo sabes bien.

—No quiero, solo quiero sacarme a ese idiota de encima.

Nanami es no solo es mi abogado, es mi consejero, sé que tiene razón en muchos aspectos, de que debo pedir manutención, pero ese hijo de puta ni siquiera lo pensó dos veces para divorciarse.

—Mi señora, si lo hace, tal vez él...

—No, Uraume, Ryomen jamás aceptará dejarme, se encargará de hacerme la vida un infierno si se entera de que viene un bebé en camino —suspiré—. No quiere hijos, no me ama, solo fui su maldito trofeo —para este punto mi voz ya sonaba quebrada por aguantar tanto las ganas de llorar—. Quiero que esté bebé nazca, crezca sano en un lugar donde no tenga que presenciar los malos tratos de su padre a su madre.

Nanami solo pudo suspirar, aceptó divorciarse porque no rechiste por dinero, tampoco exigí propiedades, no quise absolutamente nada que tenga que ver con él, ni siquiera mi ropa.

— ¿A dónde irá entonces mi señora?

Me levanté de mi asiento seguida del rubio, me llevaría al aeropuerto, mi avión sale en una hora.

—Perdóname, Uraume, haz sido un gran apoyo para mí en todos estos años pero temo que sí te digo serias capaz en algún momento de contarle a Ryomen donde estoy —la miré con una pequeña sonrisa extendiendo mis manos para que las tocara—. Sé que me tomaste mucho cariño al igual que yo a ti, pero Ryomen es tu amo y señor, darías la vida por él ciegamente sin dudarlo, te respeto, te aprecio, pero tú lealtad no me pertenece por completo.

Deje un corto beso en su frente como muestra de mi cariño, a pesar de que al principio nuestra relación fue bastante estrecha, nos llevamos bien tiempo después manteniendo un respeto mutuo.

—Sayonara, Uraume, cuídate mucho y... A él también.

Sin decir otra palabra, salí de aquella habitación que alguna vez me perteneció, Uraume nos acompaño hasta el final de las escaleras, mis maletas ya habían terminado de llevarlas al auto, solo me llevaba lo que yo misma había comprado con el dinero de mi propio esfuerzo.

Agradecí a la servidumbre que me acompaño en estos años aquí en casa, más de uno estaba soltando lágrimas y les prometí que si un día me volvía tan grande nacional e internacionalmente los llamaría para su servicio.

En medio de las despedidas la puerta fue abierta tomándome por sorpresa, se suponía que no llegaría hasta más tarde.

—Vaya, sigues aquí —habló, su voz era espesa, tenía restos de labial en su camisa haciendo que el nudo en mi estómago fuera fuerte porque se escuchaban voces femeninas proviniendo de afuera.

Las mujeres chillonas no tardaron en pasar admirando la casa como si fuera un verdadero palacio mientras que Ryomen no me quitaba la mirada de encima esperando alguna queja o réplica de mi parte. Cosa que no obtuvo, ya me cansé de este juego estúpido.

˙·٠•●♥ 𝕆𝕟𝕖 𝕊𝕙𝕠𝕥 𝔸𝕟𝕚𝕞𝕖  ♥●•٠·˙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora