🦅Wakatoshi Ushijima🦅¹

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La ceremonia de apaetura fue hace un momento, suspiré profundamente caminando hasta los salones más altos de primer año donde se suponía que tenía que estar el mío. 1-5 vine desde la secundaria Kitagawa Daiichi tras graduarme.

Era capitana de mi antiguo equipo de Voleibol y estoy indecisa si este año formar parte de nueva cuenta, me gusta el volei, lo amo pero he oído que debes cumplir un estándar muy alto para poder entrar al equipo. Al ver varios letreros puestos en los salones estaba en el área de tercero.

Aunque...

Mis nervios son los que me hacen pensar de qué soy la poca cosa para el equipo, negué rotundamente con la cabeza volviendo a la tierra. Mire al frente pasando a varios alumnos considerablemente altos

Resople arreglando un poco mi cabello, dando marcha atrás tropezando con uno que otro mastodonte pude salir del área de tercer año, sino fuera porque mis pies se enredaron...

— ¿Estás bien?

... No habría caído en los brazos de ese bello ángel, o tal vez, ¿será un demonio?

—Lo estoy —afirme sin despegar la mirada de la suya.

—Ten más cuidado —dijo demandante, dudo en soltarme pero lo hizo—, fíjate bien por donde caminas.

Se alejo de mi a paso tranquilo, parpadee un par de veces volvían do a la realidad antes de volver a detenerlo.

— ¡Espera! —Me pose delante suyo ganando de nuevo la mirada fija—. Yo... Emm... Yo... M-Me perdí, ¿p-podria usted ayudarme s-senpai?

El superior delante de mi me quito la hoja de papel rozando nuestros dedos, aparte la mirada para que no me viera sonrojada, al estar tan cerca -a pesar de que mida como dos metros de alto y yo a penas uno con sesenta y tres-  me sentía aún más débil y pequeña de lo que ya soy.

—Estas en el ala oeste, tu salón queda al otro extremo del edificio en los pisos inferiores —me devolvió la hoja—, da vuelta a la derecha cuando estés en el piso uno —dicho esto siguió caminando dejándome sola.

Me desperté del embelesamiento que tenía, suspiré bajando rápidamente las escaleras contando los pisos hasta que llegué al que era, apresuré mi paso por el pasillo llegando justo a tiempo para la clase. Muchos me miraron extrañados, ¿cómo no? El sensei estaba detrás de mí mirándome con algo de severidad.

—Gomenzai sensei —me disculpe por la intromisión yendo a mi puesto.

Han pasado unas semanas después de aquello, suspiré rendida recostada sobre mi cama con el balón de Voleibol  observando el techo

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Han pasado unas semanas después de aquello, suspiré rendida recostada sobre mi cama con el balón de Voleibol  observando el techo.

Es domingo, mis padres se fueron a un viaje de trabajo por esta semana así que tengo la casa sola, debería ir a la tienda que queda cerca para buscar algo de comer.

Me puse un pantalón algo desteñido, un suéter seguido de eso me un moño alto mientras que salía de mi casa con unas sandalias.

(...)

Hay varias opciones de chuqueria para elegir, tampoco es que me voy a gastar todo el dinero de la semana en un solo día pero tengo dinero de emergencia para esta ocasión.

Escogí unas cuantas papas, Doritos, cocosete, unas cuantas latas de refresco y eso era suficiente. Por lo menos tengo que comer con el maratón de películas lo que queda de la tarde, puede que me alcance también para mañana.

—Gracias por su compra.

—Gracias por tu servicios.

Salí de la tienda comiendo la chupeta que se me ocurrió comprar de último momento, llegué a un pequeño parque, me senté mientras que veía a los niños jugar felices, es bastante amplio y grande, hasta tienen una cancha multifacetica (incluye vóleibol, fútbol-sala, basketball) donde justamente están teniendo un partido de Voleibol mixto.

Me acerque a mirar, tal parece que hay varias personas que estaban molestas con un equipo donde habían tres mujeres y tres hombres.

Escuche a las personas hablando diciendo que estaban invictos con tres partidos ganados.

— ¿Alguien más quiere jugar? —Pregunto un chico que supongo yo tenía mi edad. Varios jóvenes se les unieron queriendo repasar a los adultos pero faltaba uno.

—Yo puedo jugar —dije.

Como era de esperarse las risas no faltaron, cuando el chico me miró reconocí su rostro. Iba en mi clase así que ya me había visto.

— ¿Crees que puedes hacerlo con tu altura? —Pregunto estando ya cerca de mí.

—Colócame el balón y lo sabrás —dije confiada. Esto pareció gustarle.

Narrador.

La pelinegra parecía concentrada, cuando empezaron a jugar se movía con rapidez en cada posición. La gente que se burlaba quedó perpleja ante lo rápido que se movía.

Cuando volvió a su posición central pudo observar con más detalle a los hombres y mujeres del otro lado de la cancha que se burlaban de ella.

Suspiro fijando la mira donde podría tirar, miró a su compañero haciéndole una señal para que le pasara el balón cuando llegara el momento.

A lo lejos un adolescente de tercer año pasaba trotando por el parque cuando quedó viendi el partido y todo por los constantes murmullos de varios chicos.

Al ver hacia dentro pudo reconocer esa pequeña figura femenina que desde el primer día no dejaba en paz su cabeza.

— ¿No crees que esa chica es linda?

—Ciertamente, además, se mueve muy bien en la cancha jugando vóleibol.

Un extraño enojo se apoderó de su pecho, apretó sus manos contra los antebrazos chistandi la lengua.

Los chicos que hablaban de la fémina se sintieron atemorizar on cuando sintieron esa enorme presión detrás de ellos, miraron asustados a quien se situaba atrás sudando frío al ver aquel mastodonte con ojos aterradores y mirada penetrante.

Corrieron despavoridos gritando una serie de cosas entendibles extrañando a varias personas por las acciones tomadas.

La atención volvió a la cancha cuando le tocaba rematar al equipo contrario, varios pensaron que sería el castaño de la derecha, en cambio, fue la pelinegra que salto tan alto rematando con una fuerza increíble dejando estupefactos a todos.

Wakatoshi miraba perplejo la agilidad y destreza que desbordaba la joven, para cuando terminó el partido, se había ido sin sacar cada vez menos la imagen femenina de su cabeza.

Wakatoshi miraba perplejo la agilidad y destreza que desbordaba la joven, para cuando terminó el partido, se había ido sin sacar cada vez menos la imagen femenina de su cabeza

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Holaaaa, esta historia se actualizará a partir de ahora todos los jueves. Espero que les guste mucho esta historia de Wakatoshi.

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Las amo.

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