Extra 1 - Zafiros

1.4K 86 2
                                    


—He-Hermanito tengo hambre ¿tienes algo de comer?

—Intenta dormir Ume, verás que cuando despierte ya no la tendrás— le aconsejo para abrazar  más fuerte a su hermana.

La pequeña albina asintió suavemente para aferrarse al delgado cuerpo de su hermano buscando algo de calor. La temperatura era muy baja esa noche  y azotaba con crueldad sus pequeños cuerpos. No tenían mantas para cobijarse, solo se mantuvieron acurrucados en una esquina de la nauseabundo habitación abrazados intentando sobrevivir una noche más. Solos de nuevo, sin nadie que les extendiera la mano para brindarles ayuda.

El cuerpo de su madre fue arrojado a una fosa hace bastante tiempo, ya no tenían ni las migajas de comida que ella a veces le daba a Ume. Estaban desamparados, pero eso no les importaba mientras ellos se mantuvieran juntos sobrevivirán, harían lo necesario para seguir viviendo.

Eran niños  desprotegidos que se vieron forzados a dejar a un lado las emociones obsoletas de un infante de su edad para volverse más fuertes y astutos en ese  sitio.

Robaban, amenazaban y engañaban a quien se cruzara en sus camino ¿Por qué solo ellos? Ver a las demás niños vestir mejores kimonos que los que ellos portaban, comer cuando ellos lo solicitan y dormir en cómodas camas todas la noches cobijados por sus amorosos padres. Tenían todo lo que ellos no podían tener, eso les hacía hervir la sangre de rabia y la envidia  contaminaba sus corazones.

Para Gyutaro su mayor orgullo y preocupación fue su pequeña hermana,  no importaba si lo que lograba robar  no alcanzara para ambos, mientras sea suficiente para Ume, estaría bien.

O almenos eso es lo pensaron en ese entonces, cuando la albina cumplió los 11 años su hermano logro robar algunos dulces dangos para dárselos a ella. Pero no contó que esta vez el encargado de ese negocio mandara a varios hombres  a perseguir al ladrón escurridizo para darle un duro escarmiento.

—¡No dejen que se escape! — grito uno de ellos.

No importo cuanto corriera intentando perder a esos hombres, aun cuando decidió parar sus pasos y estar dispuesto a darles pelea, la diferencia de fuerza y cantidad de personas era inmensa. Intento intimidarlos con su hoz pero nada resultó, terminó derribado de un golpe contra el suelo donde empezaron a descargar toda su furia en él, pateando y golpeando su desnutrido cuerpo sin compasión alguna.

Ante los ojos llorosos de una infante que le suplicaba que pararan.

—¡Asqueroso engendro!

— Con esto aprenderás

—¡Déjenlo en paz, malditos! — grito Ume presa del pánico.

Intento agarrar la hoz de su hermano que yacía cerca pero la mirada  que le mando Gyutaro, era una clara señal para que no interviniera. Solo con intentar sostener la hoz le daría motivos suficientes a esos hombre para agredirla también.

El alfa no podría perdonarse si alguno de ellos lastimara a su pequeña Ume, lo único bueno que tenía en su vida.

—"Solo debo resistir Ume, no llores"—

Llena de miedo e impotencia la pequeña no podia hacer nada más que llorar desconsolada al ver a esos sujetos  lastimar a su hermano. Imploro en silencio la ayuda de alguien sabiendo de ante mano que nadie vendría en su socorro.

—¡Ya basta ustedes! ¡¿Quienes se creen que son para hacer esto?! —grito un azabache que no dudo en meterse en medio de la golpiza.

Ni bien llego ante ellos comenzó soltar una  fuerte cantidad de feromonas, intentando calmar a esos hombres y para su suerte empezó a surtir efecto en algunos

Preso del pasado (All x Giyuu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora