Preso del pasado (All x Giyuu)

Sombra mía

—Él será todo lo que tú no fuiste— ¿Esa voz? ¿Era suya?

Siente como sus labios se mueven sin pedirlo. Sólo podía ver escasamente la habitación donde se haya, iluminada tenuemente por la luz de las velas

Al bajar la mirada vio un cuerpo recostado cerca suyo, cual rostro era tapado por un trozo de tela blanca donde a simple vista se notan manchas carmesí resaltar de ella.

—No puedes ser mi hijo, alguien tan patetico, débil e insignificante como tú...

¿Por qué dice eso? No puede detenerse de soltar crueles palabras al joven, siente un dolor inexplicable después de decirlas.

Deseaba poder cocerse los labios, solo para que dejaran  de salir. No importaba  cuanto doliera solo quería que pararan.

Que sus labios dejaran de moverse, de callar tales palabras cargadas de odio hacia él ¿Siguiera lo conocía? ¿Era alguien importante en su vida? Quería saber para intentar entender, el porque  su corazón se estremece ante el punzante  dolor al cual era sometido.

—Te geste en mi cuerpo con asco  y desde tu nacimiento te odie. Pero entendí que eras parte de mí, te necesitaba conmigo —

Pudo sentirlo finalmente, cuando su mano derecha se acercó de pronto al cuello del desconocido para tocar la zona unos instantes, no tenía pulso. Su piel estaba helada.

Antes de retirar su mano, esta misma tiro levemente la tela, descubriendo la frente del joven cual rostro aun desconoce.

Si pudiera controlar su cuerpo retiraría la estorboza tela del rostro ajeno, pero no podia.

No tenia control alguno.

— ¿Por qué te negaste a escucharme? ¿Qué  tenia ella para que la amaras tanto? Solo  era un estorbo para tí — se agacho para dejar un beso  en su frente.

¿Qué significa esto? Justo ahora ¿Por qué  puede ver una versión mucho más adulta suya delante de él?

—Eras igual de débil que tu padre ¿No aprendiste nada de mí? El amor solo te debilita, si te dejas guiar por el siempre terminaras perdiendo.

Nunca creyo ver una mirada tan vacía y ausente  de emociones como ahora, daba lastima  ver como abundantes lagrimas empezaron a desender por las mejillas de su otro yo.

Verlo cubrir con las mantas el cuerpo del joven que yacía muerto sobre el futon.

—Solo quería lo mejor para tí— le decía dejando notar en su voz su arrepentimiento.

¿Qué le sucede de pronto? Le producia escalofríos el cambio tan radical de esa persona.

—No importa quien se interponga, se que te tomare entre en mis brazos en mi siguiente vida, siempre seré tu madre... siempre.

Acariciaba con cuidado el cabello del joven, mientras más lo tocaba las lágrimas aumentan sin compasión alguna.

¿Por qué lo hizo? ¿Cómo alguien es capaz de derramar su propia sangre? Arrepentirse  ahora no sirve, nada lo traerá de vuelta

Observo  como su doble termino por desplomarse sobre el cuerpo frío, intentando inútilmente de brindarle de su calor, sin importarle nada más.

Aferrándose a su difunto hijo, negándose a soltarlo.

Escucho  los llantos incesantes de un infante  a lo lejos, quiso ir  a buscarlo pero su cuerpo se negaba a moverse.