Sofocante

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Transcurieron cinco días donde sus niños notaron evidente  el cambio tan abrupto que Giyuu adquirió con ellos. Era menos el tiempo que compartían y fue  empeorando  con la presencia  de Nezuko.

El aroma y el sonido que provenia del mayor dejaba en claro el disgusto y rechazo que sentía por la joven cada vez que la veía, a ellos no podia engañarlos con una vaga sonrisa como si nada hubiera pasado ese día.

Se sentían más cansados,  gran parte del día dormían, el avance que habian tenido en su recuperación se detuvo, parecía que se hubiera estancado.

Ya no había más abrazos ni besos.

Quizá la ausencia de Giyuu a su lado les afectaba más de lo que  hubieran imaginado, incluso había dejado de perfumarlos con sus feromonas.

Solo Inosuke aún gozaba de esos privilegios,  ambos veían como Giyuu con una suavidad maternal acaricia el cabello y rostro de su compañero, abrazándolo contra su pecho para transmitirle de su calor en un vago intento de que despertara sin obtener resultado alguno.

Su cachorro aún permanece profundamente dormido.

Finaliza  su visita cubriéndolo  con su dulce aroma y depositar  un beso en la frente del menor antes de irse.

Con respecto a ellos,  solo se limitaba a darles de beber su medicina y brindarles una falsa sonrisa  para marcharse.

Eran conscientes que ocultarle algo así a Giyuu era incorrecto pero Shinobu les había pedido que guardarán la existencia de Nezuko como un secreto hasta que encontrarán el momento adecuado.

¿Quién fue quien los delató? Y los puso una situación tan dolorosamente injusta, la indiferencia con la que los empezó a tratar era tanta que Zenitsu lloriqueando  pedía que su castigo pronto acabará para poder volver a sentir el cariño que antes disfrutaban.







Oh si tan solo supieran que Giyuu sufria más por no poder estrujarlos entre sus brazos e impregnarlos de sus fuertes feromonas. Marcandolos como  hacia con las demás.

Para dejarle en claro a cualquiera que eran suyos, que todo cachorro en la  finca  le pertenecían a él.

—Los niños castigados deben aprender su lección...  — recordaba cada vez que quería volver a ingresar a la habitación.

Lo hace todo por amor, era malo que un hijo le ocultara secretos a su madre. Debía darles un escarmiento, la confianza era un pilar fundamental en su relación y ellos  atentaron en contra al ocultarle sobre la chica demonio.

"Si es necesario no faltarán los castigos..."

De nuevo esa voz en su cabeza recordandole lo mismo, simplemente la ignoró para continuar arrancando la mala hierba del jardín delantero.

Pero sin dejar de sentir la mirada de la  demonio en su espalda, una razon más para que las tareas al aire libre le gustaban tanto.

Ella no se le podía acercar si estaba bajo el sol.

Siempre le buscaba, más aún si Tanjiro dormía, aprovechaba  para salirse de su caja e ir en su búsqueda.

—Regresa adentro,  no debes salir — le exigió molesto, intentado ignorarla.

Esa mañana despertó con fuerte dolor de cabeza  y no  soportaria tener que  ver a la niña.

—Mmm...mmm  — era incomprensible lo que le decía.

La mirada de entusiasmo de la infante era  difícil de esconder cuando entré sus pequeñas manos sostenía una corona de flores un poco marchitas, mismas que el pilar de la llama le había obsequiado.

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⏰ Última actualización: Apr 13 ⏰

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Preso del pasado (All x Giyuu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora