Termina la tortura,pero empieza otra

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Estaba cansada.

Cansada de las preguntas,de las miradas de desagrado,de confusión,de lástimas,de que me tratasen diferente.

Maldigo el momento en el que confese lo que hice,los periodistas se enteraron y todo salió a la luz.

A todos les daba asco la verdad,a mi también,pero a mi la que me daba asco era yo.

No había salido de mi habitación desde que me dieron el alta del hospital,todo se sentía como un sueño,tan irreal.

No tenía ganas de hacer nada,no podía dormir,cada vez que dormia soñaban con ellas,con sus gritos,con sus muertes,con sus últimas palabras.

Todos los días era igual y me despertaba gritando,llorando sin parar temiendo estar de vuelta allí.

Pero no era así.

Mis padres venían a ver que pasaba y yo les hechaba ,para después no volver a dormir en toda la noche.

Mi rutina era aburrida,pero almenos era más normal.

La nota que ella me dejo seguía guardada en una caja junto debajo de mi cama,no podía ni quería verla.

Algún día tendría que salir de mi habitación,pero no estaba preparada,no podía ni ir al baño sola del miedo que tenía a quedarme encerrada.

Habían intentado convencerme de ir con algun psicólogo,pero simplemente no estaba preparada.

El día de mi juicio final llego cuando mis padres me obligaron a salir de casa,era una tarea normal,ir hasta el supermercado y comprar pan,no quería hacerlo,pero no se como me deje convencer.

El primer paso,salir de mi habitación,solo ello me costo diez minutos,al final mi madre vino,me tiró del brazo y me llevo hasta la puerta de casa,que cerró de un portazo y me dejo fuera y sola en la calle.

Me empezo a dar un ataque de pánico,golpeé la puerta con fuerzas rogandola que me abriera,por un momento pense que estaba de nuevo encerrada en el baño,golpeando una pared de ladrillo con desesperación.

Al final mi madre me abrió y fui corriendo a mi habitación para de nuevo no salir en días.

Despues de unas horas me toco volver a intentarlo,sali a la calle de nuevo ayudada por mi madre,respiré hondo antes de salir y dar mi primer paso al exterior.

Estuve unos minutos camindo,pero había algo que me molestaba,miradas,había muchas miradas encima de mi.

¿Como no iba a haber miradas?

Ya me lo podía imaginar "Oh mira,si es la chica que se comió a sus amigas"

Sabía que eso pensaban,pero no lo entendian,ellos no podían entenderlo,ellos no habían estado en mi lugar.

No habían vivido la misma tortura que yo.

En algún momento empecé a llorar.

Corrí lo mas rápido que pude hasta llegar al dichoso mercado.

Allí tambien todos me miraban,escuchaba su nombre en sus conversaciones.

Algunos me miraban con miedo.

-Que miras

Inevitablemte me había puesto de  mal humor,no quería responder así,de verdad no quería.

Cogí el pan rapidamente y lo pague,necesitaba huir de aqui y ya.

Lo que no contaba es que al salir me encontraría con una tortura aún peor.

Una cabellera rubia casi dorada se balanceaba entre las demas.

Se que habían miles de personas con ese pelo,pero había algo en mí que me gritaba que era ella.

Seguí a esa persona hasta el bosque,tenía que ser ella.

-Por si te lo preguntas,si,soy yo Hana.

Sabía que era ella.

LO SABÍA.

Me entaron unas ganas inmesas de tirarme encima de ella y golpearla,y eso hice,con una rama del suelo me abalance sobre ella,empezamos una pelea un poco absurda,parecía más bien una pelea de gatos.

Al final ella estaba encima de mi,amenazandome con el palo que yo tenía antes.

-En verdad,quiero que sepas que si siento todo lo que os hice,no os lo mereciaís

-¡¿ENTONCES PORQUE?!

-Yo no quería,de verdad que no.

-IDIOTA NO ME VOY A TRAGR ESO

-LO SIENTO DEVERAS.

Inexplicablemente empezo a llorar,y algo en mi se desprendió,haciendo que yo tambien empezase a llorar.

Terminamos abrazadas bajo la sombra de un pino.

-No queria que las cosas pasasen como pasaron,no quería que nadie muriese,no puedo vivir con la culpa.

-No pueda decir que no es tu culpa,porque ambas sabemos que lo es.

-De cierta forma,si lo es,yo tengo parte de la culpa,pero no puedo contarte mas.

-Oh

-He venido aqui a redimirme,a reconciliarme con ellas.

-¿Que?

Me abrazo por ultima vez,antes de sacar una pistola de quien sabe donde y disparse con ella.

Por unos segundos me quede pensando,mirando su cuerpo,el familiar olor de sangre inundo mis fosas nasales.

No entre en panico,como debería haber hecho,simplemente deje que más lágrimas saliesen mientras pensaba en todas las dudas que me había dejado esa conversacón.

Fui corriendo hasta mi casa a por unas cosas que iba a necesitar ahora,mi madre y mi padre me observaban extrañados,pero no podría explicarselo.

Volví hasta donde esta el cadaver de Kaori,con la pala que había traido de mi casa empece a escabar un hoyo,tarde unas horas,pero al final fue lo suficientemente profundo para que su cuerpo cabiese en el.

Junto al cadaver de ella enterre la nota que me dejo,esa con el dibujo de todas nosotras y las palabras escritas en sangre.

-Suerte

Empece a llenar el hoyo con tierra de nuevo,no era mucho,pero era la única tumba que podía darlas,en cierta forma era mi parte de reconciliarme con ellas.

Espero que estan bien en el cielo,si es que exsiste uno,y que puedan reconciliarse o algo así.

Yo debía vivir,porque ellas no pudieron.

Ya me había reconciliado con ellas,tal vez cuando muera nos volvamos a ver.

Pero no iba a morir,no aun,todavía tengo que vivir.

Tengo que vivir por ellas.


Saki Sanobashi / Go for a punchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora