03. mentira

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El primer día de clases almorzamos juntas, mi hermano no apareció por ninguna parte pero Diana lo buscaba insistentemente con la mirada. No hablamos mucho, pero me dejó tomar su brazo entre mis manos para sentirla cerca mientras ella platicaba con nuestros demás amigos.

No sé si ya lo sabía en ese entonces, o si era que me veía como una buena amiga más de lo que lo hacía con Jerry. Pero nunca me apartaba.

De regreso a casa, nos sentamos juntas en el bus, pero sólo porque Jerry ya estaba en otro asiento con Gilbert cuando llegamos.

Fui feliz, era la primera vez que me sentaba junto a Diana en el bus.

—¿que vamos a sentir si se acaba el mundo? —preguntó de la nada—. ¿Vamos a sentir algo aunque sea? Me refiero a si pasa todo lo que dice en la biblia, esa cosa de que se caen las estrellas. ¿crees que lo notemos? —giró la cabeza en mi dirección y sus ojos conectaron fijamente con los míos.

—probablemente todo pase tan rápido que nadie sentirá nada. —le respondí, sonriendo felizmente y sintiendo mis mejillas calientes. Me di cuenta de que así me enamore de ella, tan rápido que ni siquiera sentí cuando empezaron tantos sentimientos—. Pero no hay razón para creer en un hombre enojado que vive en el cielo y hará caer las estrellas si la humanidad no hace todo lo que él dice. No hay pruebas.

Ella estuvo de acuerdo conmigo.

Y fue así como terminamos hablando sobre lo que hiciéramos si el mundo fuese a acabarse, sobre música, libros y más. Y fue como tener una conversación con mi otra mitad, no podíamos dejar de reír y sonreír, y estábamos tan cerca que ese vínculo imposible de romper que yo veía entre jerry y ella ahora lo sentía entre nosotras.

Pero luego jerry volteo a vernos y preguntó: ¿qué es tan divertido?
Y Diana sólo se le quedó viendo en silencio, hipnotizada. Jerry también la miró por largos segundos y luego ambos se sonrojaron. Ambos sonrieron nerviosamente, como dos tontos enamorados.

Y ahí supe que me gustaba engañarme a mí misma.

Decirme que Jerry no sentía lo mismo por Diana que Diana por él.

Pero mi hermano, a pesar de ser un idiota de corazón helado que apestaba a la hora de expresar sus sentimientos, amaba a Diana Barry.

Y ahí me di cuenta de que sólo había algo más incómodo que estar jodidamente enamorada de Diana Barry cuando ella sólo tenía ojos para mi hermano.

Que mis sentimientos estuviesen en medio de dos personas que se amaban profundamente.

If i was a rose «dianne»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora