𝔭 𝔦 𝔯 𝔞 𝔱 ⇀ ɴᴍɴ

Capítulo 21

La noche les cobijaba; el cielo tapizado de brillantes estrellas y el refrescante viento, hacían de su estadía en el Chesire fuera agradable. Después de abordarlo, lo primero que quiso hacer fue charlar con la capitana Chang pero esta simplemente le dio la bienvenida y se encerró en su camarote.

Cada paso que daba por la cubierta era inspeccionado por la bruja Euijin, misma que sano la herida de bala en su hombro y a la cual le pregunto varias veces por Yeeun. La bruja se limitó a responder que a ella no le correspondía contestar esas preguntas.

Y Jeno preguntaba por la señorita Jang, porque, el hecho de que no se le aventara cuando abordo se le hizo muy extraño, siempre era la primera en acapararlo. Ellos de cierta forma eran amigos de la infancia, casi como hermanos.

El sombrío ambiente en el barco no auguraba nada bueno, se vio tentado a abandonarlo y nadar lo más que pudiera en busca de la isla más cercana, el problema era Euijin, en menos de un suspiro lo haría volver a bordo.

En un descuido de la bruja, Jeno se tiro por la borda, descarto huir, solo quería comprobar algo que noto desde que se alejaron del navío de la armada. La vio fugazmente gracias a la luz de la luna; comenzó a nadar como si su intención fuera escapar, no recorrió ni diez metros cuando ya estaba de vuelta en la cubierta completamente seco.

–Abordaste mi nave por voluntad propia, pero lamento decir que no podrás abandonarla de la misma forma– comento Seungyeon

–¿Dónde está Yeeun?–

La capitana lo miro con altanería y sin más le dijo:

–Abandono mi tripulación–

Jeno no se tragó eso, Yeeun se caracterizaba por ser leal a sus compañeras y a cualquier persona que ganara su confianza, debía existir un motivo de gran peso para que ella no se encontrara ahí.

Teniendo la atención de la capitana, movió sus labios, ella entendió ese «Mientes». Y así era, solo que se hallaba atada de manos; no podía hablar abiertamente con Jeno de lo que pasaba, ya encontraría la forma sin que la sirena que las acompañaba escuchara.

–Llévenlo abajo– ordeno

A comparación de lo que muchos pudieran pensar acerca de las mujeres piratas, ellas son fuertes y muy fieras, podrían descuartizar a cualquiera sin ser violentas, bastaba con coquetear un poco para que el pobre bastardo cayera a sus pies y en un suspiro terminaran... pues ya saben. Por ello Jeno no tentó a su suerte, solo se dejó guiar por Seunghee y Elkie, ellas tenían tantas ganas de decirle todo al pelinegro, pedir su ayuda abiertamente, no podían, la vida de Yeeun corría peligro si alguien de la tripulación decía algo al respecto.

Lo encerraron en una celda, el fuerte olor a humedad y putrefacción pico su nariz, hace mucho que no era aprisionado en un barco.

Inevitablemente pensó en él. Solo esperaba que Jay no fuera tan desgraciado y terminara encerrándolo para después enviarlo a la horca. Al final debía estar agradecido por la ayuda que recibió de Jaemin.

Quiso convencerse a sí mismo que, lo que hizo fue lo correcto, alejarse de Jaemin para que este se sintiera con la libertad de irse y no volver ni por error y de igual forma no volver a cruzar sus caminos en lo que les restaba de vida.

Aunque era consciente de que él en algún momento seria débil e iría a buscarlo, no para toparse de frente, solo para poder observarlo de lejos, con eso se conformaría; o tal vez para evitar aquello le pida a Mark que borre a Jaemin de su memoria, esa es una buena y dolorosa opción.

Soltó un sonoro suspiro, le pareció broma y poco creíble como es que su tonto corazón comenzó a palpitar de manera violenta por Jaemin en tan poco tiempo, cuando tiempo atrás se prometió no volver a entregárselo a alguien tan fácil y rápidamente. Tal vez su destino en esa vida era sufrir por amor, tal vez estaba condenado a vivir en soledad o tal vez solo debía dejar de dar por sentadas las cosas y atreverse a buscar su felicidad, no lo tenía claro.