『 32 』

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"When people ask about us, now, we just brush it off

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"When people ask about us, now, we just brush it off .I don't know why we act like it means nothing at all. I wish that I could tell you that you're all that I want." -Why, Shawn Mendes. 

Ya había pasado una semana desde la llegada de Antonella a Encanto, una semana en la que apenas había cruzado palabras con Camilo, no porque no quisiera, si no que estaba bastante ocupada entre estudiar para sus finales y trabajar. Tan ocupada que apenas ahora le había contado a Laura lo ocurrido hace una semana.

Se tumbó a la cama echando un suspiro de frustración, no lograba entender un tema de geometría. Laura a su lado murmuraba unas cuantas cosas, en su mayoría insultos.

—¿Pero a esa qué le ocurre? ¿Se piensa que puede venir como si nada a decirte eso? se mete en el terreno equivocado.

___ rió ante eso—: Eso ha sido una frase digna de serie sobre narcos.

—¿Tú crees? tal vez mi destino sea ser actriz de esas series.

—Seguramente.

—Volviendo al tema, no puedes permitir que te trate así. Tu solo dame luz verde y yo me encargo del resto.

—¡Laura!

—Ya, ya, lo siento —respondió con una sonrisa.— ¿Así que la novia de Camilo Madrigal?

___ sintió sus mejillas calentarse ante eso. Aún no sabía el porque la había presentado así, y le apenaba sacar el tema a la luz.

—Ni siquiera me lo ha pedido oficialmente.

—Tal vez está esperando el momento indicado.

—¿Y cuando es el momento indicado?

—Pues no lo sé, ___. ¿Por qué no se lo preguntas a él?

—Como si fuera tan fácil.

—Lo es, solo que eres muy penosa. Deberías invitarlo a salir o algo, luego en medio de la conversación sacas el tema y ya estaría, así de sencillo.

—Seguramente esté ocupado con Antonella. ¡Ha estado toda la semana con ella!

—Aún podemos continuar con mi plan.

—Por ahora no, tal vez después —tras decir esto se levantó de la cama, recogiendo todo lo que había sacado para estudiar.— Eres la mejor amiga, Lau. Nos vemos luego.

—Anda con cuidado, me avisas cualquier cosa.

La Montero asintió, saliendo del cuarto de su amiga y por consiguiente, de su casa. Dirigiéndose a la casa de los Madrigal. Luego de unos cortos minutos, ya se encontraba tocando la puerta de madera, siendo recibida por Julieta, quien cargaba a una de las gemelas.

—¡___! Que gusto tenerte por aquí, adelante.

—Buenas tardes, Julieta —saludo amable, adentrándose a la casa.— Y hola a ti también preciosa, ¿Quien es la bebe mas linda de este pueblo?

La bebe río ante los cariños de la Montero.

—¿Qué te trae por aquí, querida?

—Pues... me preguntaba si Camilo estaba por aquí —murmuró, apenada.

—Está en su habitación, siéntete como en casa —respondió con una sonrisa.— Si me disculpas, es hora de su siesta, nos vemos luego ___.

Se despidió de ambas, subiendo las escaleras para dirigirse a la habitación de Camilo. Exceptuando la vez que vio películas junto con André, esta era la primera vez que entraba al dormitorio del Madrigal. Toco la puerta un par de veces, aunque no recibió respuesta alguna, tal vez seguía dormido y no quería molestarlo, por lo que se dio media vuelta dispuesta a irse.

—Pero si es la estudiante más bella de este planeta —escuchó detrás ella, no pudo evitar sonreír ante eso.

—Hola —saludo una vez que se dio media vuelta para observar al Madrigal.

—Hola —saludo de vuelta, colocando sus manos en la cintura de ___.

Ninguno decía nada más, simplemente se observaban con una sonrisa. Y entonces, unieron sus labios en un cálido beso, Camilo aferrando el agarre a su cintura y ___ cruzando sus brazos detrás de la cabeza de él.

—Alguien nos puede ver —fue ___ quien rompió el beso.

—¿Y qué? que envidien.

—¡No seas bobo! Imagina que pase la señora Alma, se llevara una mala imagen de mi.

—Deberías dejar de preocuparte tanto por lo que piensen los demás —antes de poder contestar, sintió como era jalada hacia dentro de la habitación.— ¿Mejor?

—Sí.

—Oh, ¿Así que querías estar a solas conmigo en mi habitación?

—¿Qué? yo no.. —las palabras se enredaban, su rostro estaba ligeramente rojo y Camilo no pudo evitar soltar una carcajada.— ¡Eres un idiota!

—¿Insultando a tus mayores? las niñas buenas no hacen eso, querida ___.

—Idiota —repitio.

—Tú te lo has ganado.

—¿De que.. —no pudo continuar la oración debido a que sintió los dedos del mayor recorrer su cintura, provocandole cosquillas.— Oh no, no, no... ¡Camilo para! —murmuró entre risas.— ¡Por favor.. odio las cosquillas!

—Discúlpate y me detengo.

—Bien, lo siento, jamas te volvere a llamar idiota —dijo entrecortadamente. Aunque a pesar de ello, no se detuvo.— ¡Camilo!

—Sabía que algo me serviría saber tu debilidad —respondió, deteniéndose.

La Montero no contestó, solamente miró hacia otro lado cruzándose de brazos.

—¿Te has enojado? ¿La princesita se molestó por una broma?

Nada, ni una palabra.

—Perdóname —murmuró, dejando un beso en la frente de la menor.— Perdón —otro beso.— Perdón —otro beso.

Y así, consecutivamente hasta llenar todo el rostro de ___, quien solo sonrió levemente ante la acción. 

Promesa; Camilo M.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora