Promesa; Camilo M.

『 5 』

"I've thought it before, I'll think it again: "When will we stop playing pretend?" Wishing you would just make up your mind. Let me love you and we'll be alright"  -Love, Finding Hope.

Siempre creyó que su primer beso sería con Camilo, incluso llegó a imaginarse distintos tipos de escenarios. Grata fue la sorpresa que se llevó cuando Carlos, un chico del curso contrario, llegó a donde estaba ella, robándole un beso en los labios. Todo había sucedido tan rápido que no supo ni siquiera como reaccionar, solo se quedó congelada.

Se encontraba buscando un libro en una de las tantas estanterías de la biblioteca cuando escucho que alguien la llamaba, antes de siquiera poder decir algo, sintió como era suavemente recargada sobre la estantería y unos labios se estrellaban sobre los suyos. A pesar de no haber correspondido al beso, no le había desagradado del todo.

Y por algún motivo se sentía mal por eso.

—Espero ser correspondido a la próxima —murmuró a pocos centímetros de los labios de ___. Esta, solo sintió como su respiración se entrecortaba.

Por un momento creyó que la volvería a besar, y de hecho hubiera sucedido de no haber sido por el carraspeo que se escuchó delante suyo.

Sintió su corazón latir con fuerza al ver al Madrigal parado frente a ellos. Carlos soltó un suspiro, alejándose de ___. Se despidió de ella y salió del lugar.

Por otro lado, la Montero se encontraba mirando al suelo, sentía su rostro caliente, y la pena comenzó a invadirla. ¿Los había visto? ¡Qué mala imagen se llevaría de ella!

—Samuel dijo que estarías aquí, pero veo que estás ocupada —fue Camilo quien rompió el incomodo silencio que se había formado.

—¡No! No estoy ocupada.. —contestó rápidamente.— ¿Qué pasa?

Camilo señaló con la mirada la salida de la biblioteca.

Ambos caminaban por el mismo prado que hace unos días, con la única diferencia de que ya no tenían niños a su cargo.

—Así que Carlos, ¿Eh? —nuevamente, Camilo rompió el silencio.

—Me ha tomado por sorpresa —explicó ___. Por algún motivo sentía la necesidad de aclarar lo que había sucedido.

—¿Ha sido tu primer beso? —asintió.— Vaya, que jodido que te roben el primer beso.

Para ___, el tono en que Camilo le hablaba no había pasado desapercibido. Se le escuchaba más serio, como si estuviera enojado.

—¿Y te ha gustado? —esta pregunta tomó por sorpresa a la Montero, quien sintió un cosquilleo en su estómago al recordar el beso.

—¿Estás enojado? —fue ahora ___ quien habló, evadiendo la pregunta anterior.

—¿Debería?

—No.

—Entonces no.

—¿Para que me buscabas?

—Quería hablar contigo. El otro día uno de los niños nos interrumpió.

—¿Qué es lo que quieres hablar?

Camilo se frenó en seco, tardando unos segundos en volver a hablar:— ¿Sabes? tal vez si estoy un poquito enojado.

No pudo contestar ya que sintió los labios del mayor besar la comisura de los suyos con delicadeza. Lo mismo que había sentido con Carlos, sintió en este momento, multiplicado al doble. Aunque esté directamente ni siquiera había sido un beso.

—Ya me siento mejor.

___ no supo ni que contestar. Sentía que su corazón en cualquier momento se saldría de su lugar y que su rostro explotaría de la vergüenza. El sentimiento creció cuando el mayor entrelazo sus manos para seguir caminando.

Siguieron caminando un par de minutos más, hasta que llegaron a un río. Cuando tenía la edad de su hermano, la Montero solía pasear bastante por aquel río. El hecho de que el agua aparentaba tener un color rojizo le llamaba bastante la atención.

—Bueno, supongo que no puedo aplazarlo más —habló el Madrigal.

—¿Qué pasa? —no iba a mentir, la curiosidad la mataba.

—Como ya sabrás, es mi último año de básica —tomo una pausa en lo que encontraba las palabras adecuadas.— Mis padres quieren que haga mi primer año de colegio fuera del pueblo. Es una decisión ya tomada.

___ sintió como si el mundo se detuviera por un minuto. ¿A eso se debía el trato cariñoso? ¿Se iba a ir y la dejaría ahí como si nada? ¿Y la promesa?