Capítulo 7 (Parte 1)

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Desperté con el sonido de una vibración en mi mesa de noche. Parpadee varias veces antes de moverme. Ugh, otro día más de trabajo.

Tomé el celular y vi el número. Ay, James...

Oh, mierda, ¡James!

Moví a Mathias bruscamente y él se fue despertando.

- ¡Mathias, mierda, es James, contesta, me va a matar! -estaba gritando.

- ¿Qué? Yo no le voy a contestar, es tu jefe.

- Maldito cobarde -mascullé.

La llamada se colgó. El celular volvió a vibrar con las llamadas insistentes de James.

- ¿Hola? -soné inocente.

- ¡Chibola de mierda, ¿por qué carajos me has dejado encerrado en mi propio auto?! ¡¿Dónde estás?!

- Si, jefe, gusto en escucharte. Ya bajo.

Colgué al instante y fui al baño. Mathias me miró extraño y yo lo saqué de la cama de un tirón.

- Anda baja, llevale sus llaves y, ehm, dile que no me mate -solté. Le puse las llaves en la mano. Mathias me las devolvió al instante.

- No. Baja tú.

- Me calatee ayer para ti. Baja, carajo -lo empujé hacia la puerta.

Yamile y Maya estaban ya fuera de sus cuartos y me observaron raro mientras corría por toda la casa. Escuché las risotadas de mis amigas luego de que dije eso. Bufé sin darles importancia y Mathias no se movía ni un paso.

- No fue completo

- Baja o no apagaremos el incendio nunca

Yamile y Maya volvieron a reír.

- Okay, amor, bajo -Mathias contestó inmediatamente.

- ¡No me digas amor, mierda! -le grité mientras iba a mi habitación y me ponía algo de ropa decente.

No solo iba a recibir a un James molesto en mi casa, sino a un James con resaca.

Mathias bajó y se demoró un rato más.

Yamile y Maya se dieron cuenta de quién iba a venir. Ellas entraron en un ataque de pánico y empezaron a correr por todo el departamento gritando "tu jefe, el sexy". Las calmé de un grito y empecé a servir el desayuno que había hecho Maya. Todas nos sentamos como niñas buenas a la mesa y esperamos a Mathias.

Pudimos escuchar los gruñidos de James subiendo las escaleras y a Mathias calmándolo. James me iba a matar, me iba a descuartizar y torturar.

Mathias abrió la puerta del depa y pasó. James siguió caminando hasta que nos encontró comiendo yogurt con cereal de bolitas de chocolate, panqueques y tortilla.

- Estás despedida -siseó.

- Cállate y siéntate -Mathias lo empujó a una silla y yo le pasé un jugo. James se quedó quieto.

Noté que James le lanzaba una mirada a Maya, que estaba vistiendo aún su Victoria's Secret. Idiota. Yamile parecía una niña dulce en su pijama de pegazo, al estilo Taylor Swift.

- ¡Oh por dios, ESTA DANDO EL TWITCAM DE ED EN ESTOS MOMENTOS, PUTAMADREEEE!

Yamile nos rompió el tímpano a todos cuando empezó a gritar en su mayor estado fangirl. La iba a matar.

- Cállate -le solté.

Ella ya estaba tratando de mover a James de la silla de donde estaba, pues estaba al lado de donde había dejado la laptop.

- ¡Muévete, grandulón! TENGO QUE VER A ED.

- Mierda, otra chibola pulpin. Y es peor que tú -me dijo.

Se fue hasta el sillón y cayó tendido ahí.

Mathias se sentó en el sillón contiguo a su primo.

- Oye, has pasado la noche en un departamento con tres chicas -James le dijo. Agregó en tono pícaro- Matador, rey del Candy Crush, cómo la habrás pasado.

Mathias se demoró en contestar. Se había ruborizado y balbuceaba.

- Nada oye -él contestó- Ella no dejó que nada pasara.

- Ya pues, no te hagas el santo. Aunque honestamente -miró a Maya- a esa de la Victoria's Secret, sí le doy.

Desde la cocina, caminé y les tiré un golpe con el mantel.

- Dejen de hablar cojudeces, idiotas -les reproché-Tenían que ser los chibolos oligarcas Valdez.

- No soy un chibolo -dijo James. Señaló a Mathias- Él será un profesor pulpin que está saliendo con una chibola pulpin como tú con amigas pulpines, pero yo no soy un chibolo.

- Claro que no, ya estás tío-le dije.

- Anciano -se burló Mathias.

James me miró mal.

- ¿Te has dado cuenta de que te he despedido? -me siseó.

- Tú me amas -le di un besito en la frente y él se zafó. Me reí.

Terminamos el desayuno y metimos todo en el lavavajillas. Maya se fue rápido porque tenía que ir a la universidad y seguir traumando niños como todo buen psicólogo, en el proyecto del que formaba parte.

- ¿Ella no quiere pasar una noche viviendo la vida loki conmigo? -le dijo James a Mathias.

Yamile soltó una risotada frente a eso, mientras iba de la sala a su cuarto a por fin cambiarse. Luego volvió a gritar como loca porque Ed había leído su tweet y le había mandado saludos. No pude evitar gritar cuando lo supe. Ed era una de las mayores debilidades que compartíamos.

Los ValdezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora