Capítulo 2

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- O sea los hombres dicen que nosotras las mujeres somos las dramáticas y mira todo el show que me está haciendo ese idiota.

- ¿Qué parte de "no me interesa tu vida privada" no entiendes?

- ¡Todo es tu culpa! ¿Por qué rayos me hablas de los filósofos con plata?

- Yo jamás te dije eso, tú eres la interesada.

- Estoy trabajando contigo, gano mi dinero, no soy interesada -empezaba a exasperarme.

James se estaba riendo de mí.  ¿Qué tenía hoy? Se estaba riendo demasiado.

- No le pondré azúcar a tu café nunca más - le dije.

- ¿Le pusiste? No le pongas.

- ¿Por? ¿Estás a dieta acaso?

Él no contestó.  Seguimos caminando en silencio y entonces me empecé a reír.

- Sí estoy a dieta. No tiene nada de malo -me miró y por unos segundos dejó su lado arrogante- ¿No se nota acaso? Me estoy esforzando.

- Si se nota, cálmate -le contesté mientras trataba de rellenar mi lista de lo que tenía que hacer para él. Recoger papeles, corregir los controles, arreglar el maldito librero por milésima vez.

- Ah entonces te has fijado.

Me quedé parada a mitad del camino y él se volvió a mirarme.

Antes de reírme,  otra vez, tenía que bajarle los humos. Si, se le veía muy bien, bastante bien, la verdad. Pero no iba a alimentar su ego, ya era suficiente con lo que tenía hasta ese momento.

- A mí no me importa. Quizás a tus fans chibolas pulpin las hagas mojarse más,  pero a mí no.

Él siguió caminando, pero noté que se reía. Honestamente, ¿qué le habían dado hoy?

-Te matan los celos -me susurró cuando llegué hasta su lado.

- Voy a estar con Mathias,  ¿quién rayos me está presumiendo su cuerpo escultural ahora que sabe que voy a estar con alguien?

- Escucha, niña,  no te ilusiones conmigo -estaba usando su tono serio, pero sabía que se burlaba de mí internamente.

- No te ilusiones tú conmigo, profesor pastrulo. Voy a salir con tu primo.

Me adelanté unos pasos más y él se quedó atrasado. A veces se ponía sensible cuando le mencionaba lo pastrulo que era.

- Si es que quiere salir contigo luego de saber lo interesada que eres -me gritó. 

La verdad era que ya empezaba a molestarme. James me pasó de apenas dos zancadas con sus largas piernas y yo me quedé atrás, mientras lo maldecía a él y al idiota de su primo.

Llegamos por fin hasta Letras, donde él tenía que dictar clases y yo iba a colarme a unas que extrañaba. Iba a disfrutar dos horas lejos de él. 

- ¿Recuerdas cuando nos conocimos? -su voz me sacó de mis pensamientos.

- ¿Qué? -susurré.

- Cuando fuiste mi alumna, hace dos años, vaya que estás vieja.

Lo miré mal. Él me llevaba como diez años y se atrevía a llamarme vieja a mí.  Odiaba a mi jefe.

- Lárgate a tus clases, te lo ruego -le dije. Me estaba poniendo de mal humor y cuando eso pasaba, tenía peor carácter que él. 

James puso cara de ofendido, pero al contestar usaba su tono de broma. Al parecer estaba de muy buen humor por una razón desconocida.

- ¿Sabes que te puedo despedir por eso, no?

Bufé. 

- Encuentra a una mejor asistente que yo. Ni tú te aguantas.

- Cálmate. Me pondrás de mal humor y estoy algo, ehm, feliz. Te tengo una buena noticia.

Desvié la mirada, sabía que sus buenas noticias siempre significaban mucho trabajo para mí.

- ¿Un aumento?

- No.

- Entonces no me importa -siseé. Me quería molestar pero su expresión de idiota feliz estaba empezando a darme risa. ¿Se habría comido un happy brownie o algo?

- Pérez y yo vamos a salir -hizo una pausa- En una cita.

James se había sonrojado. Yo traté de procesar las noticias y por fin reaccioné:

- OH POR DIOS, ¿VAS A SALIR CON LILIANA? SUS HIJOS SERÁN HERMOSOS.

James me miró extraño.

- Apenas va a ser la primera cita y ya me hablas de hijos. Si necesitas satisfacer tus necesidades, llama a Mathias.

Mi emoción se paró por unos segundos para dedicarle mi mirada de "no jodas" y decirle:

- Dejaré pasar eso solo porque me gana la emoción. OH POR DIOS, SALDRÁS CON LILIANA -volví a gritar.

James me tomo de la muñeca y me arrastró hasta un lado del pasillo. 

- Ya cállate -susurró. 

- Es que ¡por fin! Trabajé mucho para eso.

Él alzó las cejas. Era verdad, Liliana jamás se hubiese fijado en él más allá del "es guapo" si es que yo no me hubiese esforzado en arreglarlo y hacer que por primera vez, diga cosas amables.

- Liliana se viste genial y es un amor de persona; tú apenas te bañas y eres una basura. Trabaje duro para que esto suceda, James, te atreves a arruinarlo con tu personalidad horrenda y juro que te asesino.

- Mi personalidad es sexy. Hace que las chicas se derritan por mí -él sonrió arrogante.

Le di un golpe y empecé a interrogarlo acerca de los detalles de la cita. Sus ideas eran terribles,  así que tenía que ocuparme de todo. Con mi planificación en mente me fui feliz a mis clases coladas, olvide a Mathias y lo mande a la mierda. Esa cita iba a ser perfecta.

Los ValdezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora