Deja vú (Wookie)

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                Habían elegido ese fin de semana para ir a la playa. Serían como unas mini vacaciones. Raniya lo necesitaba. Aún no lograba recuperarse del todo, después de dar a luz. De modo que la pequeña Fátima fue dejada al cuidado de la tía de Raniya. 

- ¡Baja ya! - le dijo al teléfono. 

                    Lo había ido a buscar a su departamento en la camioneta de su tío Mohamed. A ella le gustaba conducir e insistió en hacerlo, y Wookie no pudo objetar nada ya que la licencia temporal que se había sacado mientras permaneciera en aquel país, había vencido. Por suerte,  no iban lejos, así que no sería demasiado agotador para Raniya. 

       Se puso los lentes de sol y se miró al espejo, su cabello estaba muy largo, quizás debería cortarselo pronto. A lo mejor, le pedía a Raniya que le diera una mano. A ella le encantaba encargarse de esas cosas. Tomó su mochila, el estuche donde tenía  su cámara fotográfica, cerró con llave su departamento y bajó las estrechas escaleras que llevaban a la calle. 

             Bajando, se topó con la casera de la pensión, una señora entrada en años, de piel muy arrugada y un llamativo bigote negro. La mujer no hablaba coreano o inglés, pero aun así, Wookie y ella habían logrado entenderse. Cada vez que podía, le hacía alguna comida especial, y ese día, lo esperaba con una canasta llena para su viaje. Él le dió las gracias y salió finalmente a la calle. El día era claro y lleno de sol, una leve brisa sacudía las hojas de los árboles. Un día ideal para salir a pasear. 

            Raniya al verlo, agitó los brazos para que se apresurara y encendió el motor... Fue en ese instante en que el infierno se desató delante de los ojos de Wookie.  Estaba a unos pasos de la camioneta de Raniya cuando esta de pronto voló por los aires... El sonido de la explosión le llegó una milésima de segundo después, entre tanto, él había sido arrojado al suelo con tanta violencia que casi se queda sin aire. La confusión de gente gritando y las alarmas de los otros autos que estaban cerca no tardó levantarse al readedor a la par de las enormes llamas que salían de lo que quedaba de la camioneta, y en medio de ese caos sin sentido, él podía jurar que había escuchado la voz de Raniya pidiendo auxilio. Pero claro, la experiencia le decía que eso era imposible, a ella no le había dado tiempo de nada. 

- ¡Andawe! ¡No! ¡No! 

- ¡Wookie, despierta! ¡Wookie, mi amor, despierta! Bebé, abre los ojos.

                  La voz de Roxy parecía venir de muy lejos. Al principio, no la escuchó, todo lo que podía escuchar era el sonido de la explosión, una y otra vez, las alarmas de los autos cercanos, el grito de la gente, su propio grito de terror, viendo como Raniya perdía la vida ante sus ojos, sin que él pudiera hacer nada. Incluso podía oler gasolina, el humo le quemaba los pulmones, carne quemada ... Sintió que alguien lo sacudía. 

- Mi amor, despierta. Wookie, por favor, despierta - Roxy insistió hasta conseguir que él se despertara de golpe y la mirara confundido, sudado, con los ojos llenos de lágrimas - Fue una pesadilla, amor, ya pasó. 

                  Se refugió en los brazos de Roxy, aferrándose a ella como un náufrago que se aferra a una tabla en medio del mar. Ella le besó la frente sudada y le secó las lágrimas. 

- ¿Quieres que te traiga agua? - le preguntó. 

- No, no, sólo abrazame, por favor. - su voz sonaba áspera y ronca después de haber gritado con desesperación. 

                 Necesitaron unos largos minutos para que Wookie finalmente se repusiera. 

- ¿Tienes pesadillas a menudo? - le preguntó ella, sin dejar de acariciar su pelo. 

Daikiri De Frutilla Y Una Botella De Agua Donde viven las historias. Descúbrelo ahora