Los días pasaban con rumores de que la chica nueva estaba saliendo con el raro de la secundaria. A Eddie no le importaba eso realmente, y a Hazel le divertía. Todo lo relacionado a su repentina relación con Munson parecía divertirle.
Es decir, el tipo tenía unos 20 años y aún no se había graduado. Bebía, fumaba, tenía varios tatuajes, estaba en una banda, y se ganaba la vida vendiendo drogas. Hazel había encontrado en una sola persona todo aquello que sus padres odiarían, tal vez más.
Uno se preguntaría por qué ella no estaba preocupada de que los rumores llegaran a oídos de sus padres, y la razón de eso era muy simple: ellos ya lo sabían todo.
Ellos lo había visto todo aquella noche en que Eddie la besó, beso que posteriormente, tras ver a sus padres, ella correspondió.
Habían ido por ella más tarde ya que iba a quedarse con una amiga, o eso era lo que ellos creían. Cuando ella se acercó al auto de sus padres, automáticamente empezaron a discutir, dándole el sermón de su vida, obligándola a dar detalles sobre Eddie. Dejaron crecer la discusión ya que estaban seguros de que no había nadie. Afirmaron estar completamente decepcionados de que ella se dejara llevar por un impulso adolescente, más de que fuera con alguien como Eddie.
—¿A qué se refieren exactamente con impulso adolescente? —había preguntado Hazel.
—A que justo ahora estás en esa fase en la que simplemente nos odias. No sé si será por la mudanza o qué, pero sólo quieres molestarnos. —respondió su madre, y la chica lo negó.
—Por favor, Hazel, ¿acaso piensas que nos creemos el cuento de que el chico sin futuro de repente se volvió el amor de tu vida? —reprochó su padre.
Hazel suspiró. —¿Quieren que les diga que esa es la razón por la que salgo con él? ¡Bien! Es por eso. Al principio les decía que salía con una amiga porque me asustaba decirles, pero luego si, se me ocurrió que de verdad le molestaría, y ya que me vieron hoy con él, aprovecho para confesar. Siempre controlan todo lo que hago, y estoy cansada. Pero ahora tengo 18, así que, ¿qué harán al respecto? —y se cruzó de brazos con una sonrisa divertida en su rostro.
Claramente ella nunca se imaginó que su amiga aún se encontraba en la escuela y que había oído esas palabras.
Eddie se había acercado a la puerta de entrada para escuchar mejor, ya que oía a la chica discutir con alguien y se preocupó, hasta que oyó con atención y se dio cuenta de que la discusión era sobre él. Llegó un punto en el que se sintió tan aturdido que no pudo seguir escuchando. Se dirigió al baño y vio su reflejo en el espejo, la imagen de un chico sin futuro. Trataba de convencerse de que eso no era cierto.
Normalmente no le molestaban los comentarios tontos sobre que era raro y cosas así, pero haber escuchado lo que dijo el padre de Hazel lo había hecho sentir bastante mal. Se le ocurrió que todos, hasta su tío Wayne, los chicos del Hellfire, en el fondo, pensaban eso de él, que era un fracasado.
Tras unos minutos dejó de pensar en eso, y dirigió sus pensamientos al tema principal: ¿qué haría con Hazel?
Su primera idea fue literalmente echarle todo en cara y mandarla a la mierda, pero sus ojos que se llenaron de lágrimas frente al espejo decían que no sería capaz de hacer eso. Nunca le había sucedido algo así. Por primera vez, no sabía qué hacer, qué decir, cómo reaccionar, y se sentía tan estúpido, sobre todo porque no estaba muy sorprendido por haberse enterado de eso.
Debería haber visto esto venir desde una milla de distancia.
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𝟏𝟖 ; Eddie Munson
Fanfic❝ ...El tipo tenía unos 20 años y aún no se había graduado. Bebía, fumaba, tenía varios tatuajes, estaba en una banda, y se ganaba la vida vendiendo drogas. Hazel había encontrado en una sola persona todo aquello que sus padres odiarían, tal vez más...