La primera semana

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Recuerdo la primera semana que estuve bajo tanta historia, digo historia por que ya la conocía, toda la verdad. Recuerdo que mi mente era una montaña de emociones, me alegraba haber tenido padres que me amaban y tener que irme para proteger a la aldea, aunque yo no me crea una amenaza, únicamente para los enemigos como para ese tal danzo creador de mis desgracias y maniaco de Uchiha's.

 Admito que esta sea una de las peores semanas de mi vida, no solo porque este solo, congelado y hambriento, sino por el hecho de sentirme abandonado, este vacío que aún hoy no me deja escribir esta carta sin derramar lágrimas.

Recuerdo el dia que corría, llorando, solo por el mundo, me tope con una gran carroza que habia sido asaltada, no me acuerdo que dije exactamente pero quedó en que yo recuperaría las cosas. 

Y asi fue, despues de una hora buscando encontré a las cosas junto a los malhechores.

Les devolví sus cosas y ellos me dieron comida, pues no habia comido desde hace una semana, desde que...abandone la aldea, y bueno ellos no tardaron en irse devuelta por el camino. Aunque antes de eso me dijeron que no debía descuidarme tanto, que debía conseguir un trabajo, comida y un lugar donde bañarme y quedarme caliente. A regañadientes acepte el dinero que me ofreció la señora, pero mas que ello, terminaron por irse.

Lo pensé y lo pense. Ninguna aldea quería aun demonio protegiendo sus puertas. Aunque quisiera seguir protegiendo a las personas y cuidarme, ya nadie lo haría pero no por ello tendría que dejar de ser fuerte.

Por ello pense en un trabajo donde podria proteger a las personas y cobrar por ello. La idea de Mercenario parecía la más apta, aunque realmente no protegía a las personas sino que mataba a los tipos malos. No tenia muchas opciones y esta parecía la mas razonable.

Y así con un nuevo propósito en la vida y ya muy lejos de la aldea busque un lugar donde entrenar, y lo encontré, lejos de la sociedad y espacioso, perfecto para mi en esos momentos. Así que tome uno de los tantos rollos que tenía en mi preciada mochila negra justo uno que tenia el simbolo del kiuby.

Me puse a leerlo y no entendi ni un poco, lo volvía a leer y tampoco. No me creerán cuando les diga que pase toda esta semana en ese rollo y por fin lo habia entendido.

Todo consistía en poner el chakra del kiuby junto a un animal, sin matarlo. Simple, lo difícil era activarlo junto a un sello de protección para que yo me quemara mas, por decirlo así. Para que yo de alguna forma absorbiera el calor pero no sus efectos positivos.

Recuerdo que ese fue toda una semana de cansancio y arduo trabajo y quien sabe por que al final del entrenamiento del quinto dia, no tenia chakra del kiuby, me refiero, si me quemaba pero no me curaba, así que me cure como pude con algunas vendas que habia dentro de la mochila. Y como consecuencia, habia matado a 7 conejitos blancos.

No soy un monstruo, cada uno tiene una tumba justo enfrente del rio, siempre les dejo un ramo de flores violetas justo antes de ponerse el sol. Cada quien tenia un nombre, junni, kagami, natsuma, kimono, kiro, jemyna y somy. Esos eran sus nombres.

Termine de controlar el chakra del kiuby, digo controlar porque ya no tenia asi que decidi ir a un pueblo cercano y tomar una capa negra para que no supieran quién soy e ir aprendiendo con el tiempo como seguir mi vida solo.

Todavía tengo miedo a que Akatsuki me encuentre o algún enemigo que no pueda enfrentarme o poner en peligro a la aldea ahora que yo no estoy.

Pero ya nada me quedaba, aceptaré que pase el tiempo y de vez en cuando iré a diferentes aldeas por un trabajo de ''Caza Ratas'' como solía escuchar llamarle, entrenar y sobrevivir. En un lugar donde mi único hogar era un árbol junto a 7 tumbas chiquitas al frente de un lago congelado.

Bajo las segundas oportunidades te encontréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora