Mis 16 años

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Aunque ya hubiera pasado el tiempo, aunque yo ya no estuviera en peligro recuerdo correr en busca de que no nos encontraran, teniendo como enemigo Konoha y los Akatsuki, ahora perseguidos por este.

No buscábamos ayuda realmente, pero en cuanto saltamos del acantilado y ver la gran aldea supe que ya no habia marcha atrás.

Al caer en un terreno amplio de tierra, desenvaine mi espada, que tenia en mi espalda, kurama dio una señal de que continuáramos corriendo por los arbustos.

Era de noche nadie nos podía ver, así que corrimos al parque, un lugar donde hasta estas horas de la noche nadie estuviera.

Grande fue mi sorpresa a entrar, a unos pasos de ver la luz, sin poder esquivarla, una Katana, clavada es mi estomago, con la fuerza suficiente para lanzarme al suelo del parque.

Yo solo podía limitarme a ver como la herida sangraba, manchando mis manos en un intento de parar el sangrado, ver como kurama peleaba con el mismo hombre desconocido de mascara naranja.

Aunque kurama siguiera peleando, alguien me levanto, yo no apartaba la vista de como kurama peleaba, era tan preciso, iba directo al enemigo, era exactamente lo que hacia el contrario, mas que una pelea perecía un baile  y no pude evitar no reír, estando en un momento serio yo haciendo chistes.

Cuando lentamente me habia dejado en la banca, pude distinguir quienes eran, mi ex-mejor amiga sakura y el emo uchiha, así le encanta decirle kurama.

Sasuke se tiro a la batalla y sakura apartaba mis manos para curar la herida. yo no me podía quedar así y un segundo para ver como el enemigo saltaba hacia atrás, fue la señal para volver al combate.

Empuje a sakura lo suficiente para levantarme de la banca. aun que la herida fuera lo suficiente profunda, sangraba mucho y dolía mucho, aun así por mas que me doliera corri a los arbustos, sin que nadie me viera tome mi katana que habia tirado cuando recibí el golpe

El enemigo subió a un poste, levanto las manos, creando una esfera creciente. yo corri lo suficiente para tomar impulso y saltar a el, vi las caras sorprendidas de todos y cuando estaba a un centímetro de clavarle la katana justo en la cabeza

Solo pude escuchar el sonido de las explosión y gritando mi nombre antes de caer dormido.

Bajo las segundas oportunidades te encontréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora