☄️ Promesa Inquebrantable ☄️

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☄️ Promesa Inquebrantable ☄️

Capítulo 9

Naruto sonrió mientras los colores se movían en círculo tras la enorme cabeza de Jaba.

- Estás tan alto como un Xdas-, rió el macho de cuatro brazos.

Naruto desvío sus ojos desenfocados hacia su rostro, afilando los ojos para verlo mejor y rió sin saber la razón. Sus extremidades estaban algo pesadas y aletargadas, pero levantó la mano y le dió unas leves palmatidas en la mejilla.

- Eres bueno, Jaba-, vió necesario decir.

El macho rió mientras Naruto sentía que flotaba por la habitación, aunque no era muy consciente que el macho lo llevaba en brazos. Su atención volvió a la espalda de Jaba mientras colores como el azul y violeta se mezclaban en círculos y puntos blancos bailaban de un lado hacia otro.

Jaba hizo una mueca mientras dejaba al delgado macho sentado en el transporte que lo llevaría a él y a Hinata hacia la zona de caza. Esperaba que Naruto se recuperará rápido, más que nada por Hinata. Él se volteó para ver cómo la Yaya de la muchacha le estaba regañando en un rincón del pasillo mientras él Yeye y el pequeño Min salían por la puerta.

-¿Crees que Hinata está enojada conmigo?

Jaba se asombró por las palabras murmuradas y volvió la cabeza para ver a Naruto mirando a la misma dirección. Aún estaba volando con las hierbas ansesteales, pero parecía poder distinguir la energía que desprendía la poderosa matriarca.

Jaba hizo una mueca, conocía a la pequeña Hinata desde que había nacido, y la consideraba casi una nana menor. Ella tenía generalmente, un humor alegre, mientras no estuviera bajo presión. Pero mientras más crecía, más peso se ponía en sus delgados hombros por culpa de Hanna.

Mon podría parecer un planeta liderado por machos, pero lo cierto era que las hembras eran feroces. Habían tenido que crecer con la competencia para tener derecho a criar, siendo fuertes y despiadadas y esperaban lo mismo de una descendencia femenina. Hanna sólo estaba intentando que su nina fuera lo suficientemente fuerte, pero lo que no se daba cuenta la hembra era que los tiempos estaban cambiando.

Jaba podía decirlo con certeza. Su memorias genérica lo hacía más sabio de lo que cualquiera de los monianitas podrían alguna vez en su vida. Los recuerdos de sus anteriores vidas estaba guardadas en su cabeza y él podía ver los pequeños cambios que había logrado el consejo con la Unión. Ya había pocas hembras con derecho a criar en Mon, y ya estaban buscando hembras de otros planetas. Jaba podía jurar que la competencia de la Unión estaba llegando a su fin.

Jaba volvió a mirar sobre su hombro para notar al terrícola dormido profundamente en el asiento y suspiró mientras se movía al asiento del conductor.

Sólo quería que a Hinata le fuera bien. El macho, Naruto, le caía bien. También había notado que Sirupe lo había aceptado en el círculo, y no había muchos seres que Sirupe aceptará, ni siquiera a la pequeña Hinata.

Jaba se sentó en el asiento y agudizó el oído cuando escuchó que el macho murmuraba-gemía algo entre sueños.

—... De verdad... Hinata... Me encanta tu trasero...

Jaba soltó una carcajada ahogada y tapó su boca con una mano.

—Lo que uno tiene que escuchar...—, susurró divertido mientras preparaba el transportador.

Hinata asintió a su Yeye y no tuvo el valor de mirar a su nano menor.

En cambio, apretó los dientes al ver a Naruto durmiendo con la cabeza hacia atrás y la boca levemente abierta. Ella quería lanzarse sobre él para desgarrarlo.

Mí Elección (NaruHina ❤️)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora