La marea

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Pov Leo:

Dejaba pasar los días, se me hacían cada vez más largos, odia estar así con ella, venía a casa los martes, jueves y domingos para dejarme a la bebe, pero mi madre bajaba por ella. Cuando mi madre se entero al principio me quería matar, pero al final se le fue pasando poco a poco, ya llevábamos dos meses separados y no aguantaba tenía un pinchazo en el pecho todo el día, me sentía vacío, me faltaba ella, sin ella no era la parte que más me gustaba de mi, porque era yo mismo.

Una semana más tarde estaba con la bebe, en el centro comercial me miraban las mujeres como trozos de carne, parece que llevar un bebé les gustaba, la bebe le encantaba el centro comercial, pero estábamos allí porque tenía que comprarle un biquini, porque íbamos a ir a una piscina cerrada ese día de un amigo y no tenía nada, porque se me olvidó decirle a mi madre que le pidiese un biquini, estaba ya gordita, se le salían las lozas y llevaba un lazo para comersela, estaba enamorada de las dos personas más guapas de este mundo, de ella y de su madre.

Una vez que llegamos a la casa de mi amigo le puse el biquini y le quedaba perfecto.

Como te va?-me preguntó Alberto
Mal la verdad, la cague-le dije a lo bajo—Normal que estes así cualquier cosa que pueda hacer por ti me dices-pero nos corto una voz que me sonaba familiar
Hola chicos, vamos al agua-me quede mirándola cuando vi que era Zaira
Los siento te tuve que avisar, pero bueno es que estamos saliendo y no te lo dije antes porque paso hace unas semanas- me dijo con algo de miedo
No te preocupes, yo solo quiero volver con Yas-dine mientras cogía a la bebe y me metía en el agua con ella

Estuvimos un rato grande, estuvimos bien y Zaira se disculpó conmigo, después de eso no hablé más con ella y apenas quería dejarle acercarse a la bebe, porque me sentía mal por Yas.

Cuando llegamos a casa la duché y como al día siguiente trabajaba, Yas se llevaba a la bebe, pero mi madre no estaba, justo sonó el timbre y me entró un cosquilleo.

—Hola, vengo a por la bebe- me dijo mientras me miraba con las mejillas sonrojadas
—Si espera que estaba vistiéndola, quieres pasar?- dije mirando lo guapa que era
—Vale, si no te importa- se me quedo mirando fijamente mientras iba al cuarto de la bebe, me estaba mirando fijamente como la cambiaba y me ponía nervioso
—Podemos hablar?- le pregunté y ella se tensó un poco— Si quieres claro- le dije para que no sintiera presión
—Si creo que deberíamos de hablar- me dijo y se sentó
—Lo sient...-pero me cortó
—Si quieres podría volver- dijo sin querer mirarme— Si no quieres lo entiendo, pero me he dado cuenta que te quiero y mucho, me costaba no escribirte-dijo y se empezó a sonrojar
—Vamos a por tus cosas ya- le dije y antes de que me contestara acorté el espacio entre nosotros y la bese, fue un beso tierno, lleno de cariño ya que la echaba mucho de menos

Ese mismo día ella se fue con las niñas, porque aún teníamos que darnos espacio, pero ya juntos, mi madre se quedó con la bebe y yo me fui ha hacer surf, hace una eternidad que no hacía, así que como lleve a Alessia con mi madre y cogí las cosas del trastero, el neopreno, la tabla, y la cera. Después de cargar todas las cosas, arranque el coche y me fui a una playa que casi siempre estaba sola y era muy relajante. Empecé a surfear de chico con mi padre, cuando el murió, yo bueno lo deje y hoy la volví a coger después de mucho años, creo que no lo pensé a la hora de coger las cosas, vi lo que iba a hacer cuando el agua tocó mis pies y me entró un escalofrío por el cuerpo, pero cogí y salí corriendo hacia dentro, le tuve que coger el truco en unas me llevaba las olas y me ahogaba, pero en otras las cogía y con el impulso y mis movimientos  me ponía al ritmo de las olas, me sentía con una conexión al mar que cuando me di cuenta ya estaba con el atardecer, salí del agua y me quedé viendo el atardecer mientras comía algo.

Llegue a casa me duché y me fui a dormir, no tenía ganas de cenar y tenía sueño.

Brrrr.... Sonó mi móvil, no lo quería coger pero cuando vi su nombre y a esa hora me dio un vuelco el corazón.

— Dime amor, que pasa?- le dije cogiéndole corriendo
—Estoy borracha- y me colgó, que cojones, la volví a llamar
—Amor donde estás que voy a por ti- le dije nervioso
—En el bar de Alberto,sabes que el y tu amiga están juntos, que pena- dijo casi sin vocalizar y entendí que se refería a Zaira

Salí corriendo a buscarla, cuando la llegue vi que estaba intentando alegarse de un tío, pero el parecía no entenderlo y seguía molestándola.

—Deja en Paz a mi novia- le dije apartándola de ella
—Oye solo quería ayudarla, estaba solita- dijo el riéndose, me encaré a él y Yas me intentó sujetar
—Vámonos, déjalo por favor- me dijo y fue suficiente para hacerle caso, no quería que se enfadara mas conmigo, cuando llegamos al coche, rompió el silencio
—Sabes que me lo quería pasar bien, pero la he visto a ella y la he visto feliz como si nada hubiese ocurrido y me he enfadado, la he liado también un poco- y se empezó a reír, pero se corto ella sola—Pero se que un error es un error y no sé tú parte de la historia y bueno ni la de ella. Quiero que me lo cuentes y que seas sincero, que te expreses conmigo vale?- me dijo mirándome con los ojos brillantes y yo solo asentí

En el camino se quedo dormida, cuando la subí a casa como en las películas, le puse el pijama, le hice un trenza como se las hacía todas las noches y me acosté a su lado, mire el reloj y iba a amanecer ya, pero me tumbe a su lado y me dormí después de unos meses insoportables, porfin estaba otra vez con ella

Muy joven para amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora