01. Él

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Capítulo 1: Él

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Capítulo 1: Él.

***

Trafalgar salió de su consultorio. Haber estudiado demasiado para ser un buen doctor tenía sus frutos, sin embargo, no servía de nada. No servía cuando su padre había muerto tres años atrás.

Bostezó, no había dormido mucho, lo que iba a ser una noche con su amigo se volvió un caos completo. Jamás imaginó que tendría que comportarse como un doctor en una pelea ilegal, aunque todo había sido tan raro, no pudo evitar recordar la pequeña corriente que sintió en su palma cuando tocó la espalda de aquel joven.

Negó, incrédulo. Si le contaba de esto a su amiga, lo más seguro es que armara toda una película en la cabeza. Baby a veces era mujer obsesionada con los libros, y no tardaría ni un segundo en conectar algún romance con aquel chico.

Recorrió los pasillos en busca de uno de sus compañeros de trabajo. El hospital mayormente era solitario, y eso le frustraba demasiado. Su hogar ya era lo suficiente silencioso como para tener que soportarlo cada día que le tocaba trabajar. A su lado pasaron varias enfermeras, tratando de llamar su atención. Sonrisas sutiles, coqueteos, miradas.

Bueno, ahí estaba otro de sus problemas.

Antes de llegar al gran hospital, "One piece" tuvo diversos trabajos en otros lugares. Al dar pie en esa instalación surgieron rumores sobre que no se enamoraba de la gente. De que su Corazón era de piedra. Que el sexo con él era alucinante; y en base a todas esas suposiciones se creó una apuesta. Una apuesta a su costa. No tenía ni idea sobre quien la había inventado. Pero tener que lidiar con cada hombre o mujer que se le insinuaba ya era mortificante.

Le gustaba mas cuando al gente se alejaba de él por sus ojeras o por los tatuajes exuberantes que mantenía en su cuerpo.

Digo, tener a la muerte en su piel no era algo perfecto en su cuerpo a los ojos de muchos. De hecho, Law pensaba que justo por esos tatuajes sería considerado una peste. Pensó que se alejarían de él y evitarían su presencia.

Cosa que no pasó. Al contrario, la gente estaba muy interesado en él.

Con mucha investigación con otros de sus compañeros, al parecer ganarían dinero si lograban volverlo loquito. Cosa que le parecía estúpido. Él no planeaba amar. No cuando estaba tan roto. Tan vacío. No tenía nada que ofrecer. Había tenido relaciones pasadas, pero todas se basaban en sexo, sexo y más sexo. No podía transmitir ese sentimiento tan cálido llamado amor. No podía ni quería. No cuando a él ya se lo habían arrebatado.

Desde niño había sido un chico solitario, tan diferente. Sus padres habían muerto en un incendio, vivía con la culpa constante. Su mente recordaba los gritos de su madre, de su padre, y también de su hermana, quien le rogaba que saliera de la casa para que fuera libre y feliz.

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