Capítulo 5: Otra vez tú
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Trafalgar
—Entonces, déjame resumir esto —pidió su amiga —. ¿Te topaste a ese chico en una de las peleas ilegales a las que Marco te invitó un millón de veces pero a la que de manera obvia, siempre le decías que no, y después de ello lo ayudaste a levantarse del suelo, lo quitaron de tu lado y al día siguiente cuando estabas saliendo del hospital ese mismo chico se tropezó contigo y tiró todo su batido de fresa en tu bata?
—Sí —contestó sin emoción alguna.
No había reconocido al chico, no hasta que Marco le pidió disculpas en su nombre. A partir de ahí, el hombre de cabellos rubios le explicó de que chico se trataba. Law ahora entendía un poco más el porque la familiaridad al verlo. Lo había ayudado cuando cayó al suelo aquel día, sin embargo, un policía lo tomó y con todo el tumulto de gente que había esa noche, lo perdió demasiado pronto. Intentó buscarlo, sin embargo, no lo hizo. Al final decidió que era mejor llevar a Marco al hospital. Su amigo tampoco estaba en condiciones de conducir.
—¡Es el destino, Trafalgar Law! —gritó, casi rompiéndole los tímpanos y obligándolo a alejar el celular de su oreja.
—No es así, Baby.
Observó la cocina de su casa. Se dirigió a su refrigerador, y al abrirlo se dio cuenta que necesitaba hacer unas compras urgentes. No tenía nada para comer ese día.
—Trafalgar, ¿sabes cuál es la probabilidad de encontrarte con una persona un día después de conocerla?
—Era un 80% seguro —le respondió, sacó la cabeza del refrigerador y cerró la puerta —Después de todo, su hermano había sido herido por una bala y el hospital más cercano era el nuestro.
—¡Pero tu hospital es para los ricos!
—Ese chico —se recargó contra la encimera de su cocina y apretó el puente de su nariz —sin querer sonar prejuicioso, no tiene cara de mendigar dinero o de pelear en esas contiendas por dinero.
—A veces me caes mal. Acepta que ese joven podría ser el amor de tu vida.
El doctor soltó un suspiro sonoro. Sabía que no podía hacer cambiar de opinión a la chica.
—Te conté de la historia porque me preguntaste cómo estuvo mi semana, no para que te crearas historias en la cabeza.
—Solo quiero que te enamores.
Trafalgar ya sabía a dónde iba la conversación, o bueno, desde el inicio lo supo.
Bajó la vista al sentir que algo se restregaba contra su pierna, al hacerlo, vio al perro que Corazón le había regalado años atrás. No era una cachorra pequeña, pero si tomamos en cuenta la altura del ojeroso, podría parecer más pequeña de lo que realmente era.
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Extremos opuestos
Fanfiction"A pesar de ser extremos opuestos, siempre iban al lado contrario". **** Law había sido un médico cirujano de renombre, conocido y admirado en el ámbito médico. Su presencia era inconfundible; su físico imponente, su voz profunda, todo en él captur...