Capítulo 4: Despierta
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Luffy parpadeó, salió de aquellos recuerdos que solo hacían que su corazón se rompiera en millones de fragmentos al pensar que habíasido si culpa. Tal vez si no fuera tan débil, las heridas no hubieran sido llamativas y solo tal vez, Ace no hubiera tenido que salir a defenderlo.
Había pasado tan solo un día desde el tiroteo, y su cabeza no dejaba de repasar cada acción, palabra, mirada y toque que pasó ese día. Era como una película averiada, no dejaba de reproducirse.
Dolía demasiado recordar la sonrisa de su hermano, las miradas de Sabo, los gritos de la gente que solo incitaban a más golpe, más sangre.
Debía ser un día normal. Él llegaría de la universidad, sería el día de pizza. Sabo escogería la película, Ace se quejaría porque, como siempre, no le gustaría la trama histórica que su hermano había puesto, Luffy se reiría del intento de Ace para hacer cambiar de opinión al rubio y luego, se rendiría porque de manera obvia, no podía.
Cuando pasara más de la mitad de la película, él ya estaría dormido. Habría usado cada gramo de voluntad solo para ver el filme y no hacer sentir mal a su hermano mayor.
A veces sus gustos en películas eran similares, en otras ocasiones no.
Pero todo eso simplemente era una posibilidad de la palabra "hubiera", porque no era su situación. No hubo películas, risas, gritos y tampoco tres hermanos tranquilos en un sillón, por el contrario, ahora estaban esperando a que uno abriera los ojos.
Luffy miró el piso en donde se encontraba sentado, era frío y aspero. Nami estaba a su lado, haciéndole compañía y negándose a irse. Llevaba una falda corta y una blusa de color rosado, había frío. Se quitó la chamarra que Sabo le había dejado horas atrás y la dejó en sus hombros.
La mujer lo miró y le sonrió.
Era su mejor amiga, su mayor aliada, como su hermana. Sus caminos se cruzaron desde que eran unos niños, siempre tuvo problemas para llevar materias como matemáticas o geografía, pero Nami nunca dudó en darle una mano y enseñarle, claro que la chica no era la más paciente, pero hacía lo que podía. Siempre lo sobornaba; "resuelve el problema y te daré mi cena", le decía. Lograba entregar el trabajo a tiempo, pero nunca le quitaba la cena. Jamás.
Aunque su cabeza no lo dejaba en paz, agradecía el nuevo recuerdo. Su mente no dejaba escapar el primer vistazo que tuvo con el hombre ojeroso. Su primer encuentro con aquel doctor llamado Trafalgar Law. O para Luffy: Torao.
Era un hombre agradable. Sentía que lo había visto antes. Mucho antes del incidente.
La cirugía había acabado horas antes. Solo quedaba esperar a que su hermano despertara. A que sus ojos volvieran a verse. No podía con la idea de que Ace jamás regresará a su lado.
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Extremos opuestos
Fanfiction"A pesar de ser extremos opuestos, siempre iban al lado contrario". **** Law había sido un médico cirujano de renombre, conocido y admirado en el ámbito médico. Su presencia era inconfundible; su físico imponente, su voz profunda, todo en él captur...