Capítulo 4 (El extraño)

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Le doy un ultimo repaso a mis apuntes. En unos minutos llegará mi padre junto al extraño profesor. No quiero dar mala impresión a la primera vez. Supongo que padre le hablo bien de mí y, por supuesto, no quiero quedar mal.

El sonar del chirrido de la puerta me alarma, «ya están aquí.»

Cierro el libro de anotomía, lo acomodo sobre mi pequeño escritorio y de inmediato mi madre entra a mi alcoba.

—Winter... Tu padre y el profesor Rouxel han llegado —avisa.

Después de anunciar su llegada sale de mi alcoba y me deja en un profundo silencio de tensión y nerviosismo. Mentalmente me doy ánimos que todo estará bien, no dejaré que el profesor me intimide.

Daré lo mejor de mí. Cómo siempre lo hago.

Suelto el poco aire de mis pulmones y respiro profundamente. Me acerco al espejo, arreglo las pocas arrugas que se hicieron en mi vestido rosado con brillantinas. Me animo y salgo de mi campo íntimo. A pasos seguros y lentos camino por el pasillo, desciendo las escaleras y al llegar a la sala me encuentro con mi padre, quien sonríe al verme. Frente a mi padre miro al extraño hombre. Es alto y corpulento, viste un chaleco de piel por encima de una camisa blanca de mangas largas con adulaciones en sus muñecas. Típica vestimenta de un caballero de alta sociedad.

Paso de largo por el lado izquierdo del hombre. Al pasar, su fragancia me golpea envolviéndome en ese fresco aroma a hiervas y menta, «tan varonil.»

Llego con mi madre. En un solo movimiento, giro y logro mirar el sospechoso rostro del señor Rouxel.

Un hombre de alta estatura, piel bronceada, de oscuros ojos como la noche, nariz grande y afilada, labios carnosos, suaves y humectados, cejas pobladas y con una barba afeitada.

«Es joven y es apuesto.»

Intimidante.

Esa es la palabra que pienso al verlo por primera vez.

Al terminar de analizarlo físicamente mis pensamientos cambian. Tenía una visualización de ser alguien mayor. Lo juzgue mal, aun así, no salgo de mi asombro por ver lo joven que es y al recordar los logros, títulos y reconocimientos que tiene. Me sombro por lo fantástico que es.

Ahora entiendo por qué padre lo eligió para mí.

No dejo de mirar cada una de sus facciones rígidas y serias hasta que la voz de mi padre interrumpe.

—Margaret, el es el profesor Gareth Rouxel Meyer —la mirada de papá se dirigí a mi madre —. Winter, hija. El joven Rouxel es tu nuevo profesor —la mirada de mi padre cae en mí.

Por un momento dejo de mirar al serio hombre y miro el rostro de emoción de mi padre.

—Hija, preséntate.

Conmocionada, de nuevo miro al extraño y me doy ánimos para hablar.

Su presencia me dejo sin habla.

—Un placer conocerlo señor Rouxel — ¿estuvo bien llamarlo señor o es joven? Es mayor que yo —. Soy hija única del doctor Thomas Petrov y su amada Margaret Evans. Mi nombre es Winter Jerim Petrov Evans.

Para demostrarle mi educación y respeto hago una breve inclinación y me levanto de nuevo mirándolo de frente.

Sin decir nada, Rouxel se inclina sin hacer gesto alguno.

—Será un placer el invitarlo a cenar para que pueda conocer bien a mi querida hija y tenga mejor comunicación.

Mi madre se percata de la seriedad del extraño y decide invitarlo a comer para brindarle confianza.

Oscuro y puro corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora