Capítulo 2: Confiar tu vida a un Doctor

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Laboratorios de la ciudad artificial:

Una alarma sonaba y repetía en bucle —Alerta de prioridad 1, repito prioridad 1, riesgo de los ciudadanos en el comedor comunitario, todo el personal encargado en altercados dirigirse con prisa a el comedor, no es un simulacro, alerta de prioridad 1—

—¿Qué? ¿Prioridad 1, estamos pasando un ataque? — Preguntaba al aire Oswald —No puede ser... no, no, no— Repetía revisando la computadora conectada a las cámaras.

—¡Oswald! ¿Por qué la mayor prioridad ha sido activada? — Entraba Matheews a la oficina incómodo. —¿Son los ciudadanos, se atacan entre sí? —

—Señor, es más que eso... mire— Le señaló la pantalla.

En el monitor observaban la escena de Rodrigo y como la gente huía a sus hogares, o trataba de irse, mientras observaban a unos 4 niños que estaban perplejos sin hacer nada, y como el sujeto de comportamiento extraño los miraba fijamente.

—Señor, es lo que le dije, nos tardamos en aislar a la gente, y algunos están infectados con un virus más fuerte— Cambiaba la cámara a algunos hogares donde se veían la misma imagen, una persona con la piel ahora pálida, una mirada perdida y una encovadura marcada. —Señor, esto es mucho más de lo que creímos—

—¡No necesito ver esto! Saquen a esos niños del comedor, están corriendo riesgo— Dijo mientras sacaba lo que era unas lancetas para pruebas de sangre. —Debemos ver que sucede, y Oswald busca el medidor de salud de cada uno y analiza su situación, ahora debemos estar pendientes de esta problemática—

—S... Si señor— Respondía algo nervioso Oswald.

Matheews corrió hacia la armería de esas instalaciones y se encontró con un encargado anti disturbios.

—Escúchame bien, ten esto y cuando hayan acabado con la amenaza, quiero que le saques una muestra de sangre al sujeto que está alterado, ¿Quedó claro? — Le entregaba unas lancetas.

—Por supuesto señor, haré lo que me pide— Decía el anti disturbios guardando las lancetas y dirigiéndose al ascensor para subir al comedor.

Entraron no muy armados, su uniforme de la institución y unas armas con sedantes, eran 4 dos de ellos se acercaron a donde estábamos nosotros.

—Niños, este lugar no es seguro ya, los escoltaremos a sus hogares, ¿está claro? — Decía uno de ellos apoyando sus manos en los hombros de Sebastian y míos rodeando a los 4.

—Eh...— No había más que eso de respuesta nuestra, estábamos tan confusos, y asustados.

Rodrigo después de un rato de mirarnos fijamente, empezó a avanzar lentamente, como queriendo abalanzarse sobre nosotros, pero uno de los agentes le disparó el sedante que lo dejó en el suelo tendido.

—Niños, háganme caso, su amigo estará bien, ustedes ahora deben ir con sus familias— Nos trataba de calmar.

Sin saber cómo empezamos a movernos, sin ser realmente conscientes, los dos agentes decidieron separarse con nosotros, dos con cada agente, Farid y Alexander se fueron con uno a su zona de vivienda y el agente que nos trataba de hacer reaccionar nos acompañó a Sebastian y a mí.

—Chicos por favor, cuenten esto a sus padres, y tengan cuidado con la gente que vieron toser tal y como su amigo hizo— Dijo para luego tropezar con algo — ¡Eh! casi me caigo... que es...— Vio lo que era y decidió hacernos retroceder con su brazo

Era otro tipo que actuaba como Rodrigo, solo que este estaba tirado en el piso.

—Chicos... calmados— Nos decía por el claro estrés que estaba volviendo a nosotros.

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