Trofeo - Manjiro Sano

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Son las doce del medio día, a duras penas puedes sujetar la taza de café que calienta tus manos.

Mirando al infinito a través de aquella ventana con vista a la plaza donde una multitud de gente viene y va. Sentada en aquella pequeña cafetería sientes todavía tu sexo mojado y tus pantalones se impregnan de los fluidos que han ido saliendo poco a poco del interior de tu vagina, todavía estas nerviosa, molesta, pero a la vez muy excitada, no ha pasado ni una hora desde que aquel hombre mayor que tú y a quien apenas conociste hace unas semanas, te enseñara como puede ser de fuerte una atracción, enseñarte como tan solo que en unos minutos puede hacerte sentir una excitación tan intensa que pierdas el control de tu razón.

-Jamás sentí nada igual... Apenas cumplí 16 y nunca habia pensado en sexo- pensaste mientras tomabas un sorbo de café

Las once y media fue cuando entraste en aquel probador que jamás olvidaras, de aquel gran centro comercial, de aquel vestido, dos faldas, unos pantalones, tres blusas y una camiseta la ropa, que sujetaba tu mano.

-Esta mañana me levanté con ganas de renovar mi vestuario- pensaste en voz alta

Manjiro te miró fijamente y se recargo en la pared

-Para que quieres tanta ropa?- te preguntó ladeando su cabeza

Tú giraste los ojos y seguiste viendo que más probarte

-Comprende que no basta con unos pantalones para ponerme durante dos o tres días seguidos y que me cambio a diario de ropa interior incluido los sujetadores- le respondiste sin verlo

Comenzaste a probarte la ropa, el vestido de verdad te gustó, te hacia una figura muy bonita y muy femenina, a pesar de su precio casi prohibitivo, eso no sería impedimento para ser una de las prendas que colgaran en tu armario esa tarde, pues Manjiro no escatimaba en gastos cuando se trataba de consentirte.

Al quitártelo con cuidado y lo doblaste con cuidado con el resto de la ropa, en ese minuto, en ese segundo tu vida comenzaría a cambiar para siempre.

La imagen desnuda de tu cuerpo se reflejaba en aquellos espejos que tiene el probador, ajustándote las bragas a tu cuerpo, girándote para ver lo bien que te sientan esas bragas, tapando parte de tus glúteos y subiéndolas hasta tu cintura ajustándose como un guante a tu sexo.

En ese momento fue cuando la puerta se abre de golpe, entrando Manjiro que enseguida te atrapa entre sus brazos, te abraza y te tapa la boca para que no hicieras ningún ruido, sientes miedo y no entiendes como ha podido pasar, su cuerpo cubriendo el tuyo por la espalda, desnuda salvo por tus bragas y tu sujetador a juego, sientes miedo, mucho miedo cuando su mano te abraza el vientre y la otra te sigue tapando la boca con fuerza, pues él nunca había actuado así.

Manjiro sigue sin decir nada, notas su excitación, su respiración acelerada, sus ojos mirando hacia la puerta revisando de que alguien más entrara, solo escuchas gente hablando, solo los pasos por el pasillo de los probadores, te sientes paralizada por aquello y sin embargo sientes que poco a poco va desapareciendo ese miedo, su mano tan suave recorre tu vientre, el olor de su perfume te hipnotiza, es como si te atrapara y te atrajera, estabas ya más tranquila y comenzabas a sentirte excitada, tu resistencia es casi nula y ahora más tranquila le oyes susurrarte al oído.

-No te voy a hacer daño T/N, no te asustes-

Una especie de electricidad atraviesa tu cuerpo y a pesar de esas palabras aún existe en tí algo de miedo y él lo sabe, no deja de presionar tu boca con su mano, no deja de presionarte el vientre sujetándote, su mano derecha llega hasta el elástico de tus bragas por debajo de mi cintura, notas como su cabeza se inclina y huele tu cuello, ves tras el espejo como su nariz inspira por detrás de tus orejas aquel caro perfume que te había regalado.

Su cuerpo se aprieta más al tuyo, en ese momento miras al espejo y sus miradas se cruzan, no sabías qué decir, la mirada inexpresiva que siempre tiene parece haber desaparecido, sus ojos ahora muy expresivos te transmiten tranquilidad y a pesar de sentirte forzada te transmiten confianza.

Sus labios comenzaron a recorrer tu cuello con besos cortos, bajaron todas las defensas que aún seguían en pie y comenzaste a disfrutar sus besos y caricias.

Sientes como tú cuerpo se sigue resistiendo e intentas zafarte de él, pero tu cabeza ya se ha rendido y tu cuerpo tenía los segundos contados al notar su mano abrirse paso por debajo de tus bragas.

-M...Manjiro...- susurraste

Te sentías atrapada, Manjiro comenzó a pasar sus dedos sobre tu clítoris, esperabas algo salvaje, pero sin embargo era suave y cariñoso con tu sexo, sus dedos profundizaban más metiéndose entre tus labios y buscando la entrada a tu vagina.

-Eres una chica realmente hermosa... Tenía meses queriendo acariciarte y tenerte...- te susurró al oído

Sus ojos se clavan en el espejo como puñales, sus labios recorren tu cuello, tus orejas, poco a poco el sentimiento de resistir se ha desvanecido y tú vagina empieza a mojar sus dedos que se han metido dentro de tí, su mano dejó de presionar tu boca y girando tu cabeza atrás comenzó a besarte, tu cadera te presiona por detrás y sintiendo la erección de su pene luchando por salir, tu interior empezaba a lubricar del placer que te está dando con sus dedos y los gemidos apagados en su boca mientras te besaba.

Tu culo se mueve hacia atrás buscando el roce con aquel pene, relajas tus piernas y dejas que su mano te apriete tu intimidad por debajo de tus bragas, apretaste su mano contra tus pechos los cuales sacó de las copas de tu sujetador.

Miras al espejo y te observas el rostro, tu expresión, es el placer personificado, es la lujuria desatada en tí, tu boca abierta sin emitir ningún sonido, hasta que sientes como su pene penetra por detrás de tí, llenando tu vagina, te ha bajado las bragas hasta las rodillas y por los espejos puedes ver como su pene entra y sale de tu vagina, dejas que tus gemidos empiecen aparecer y que Manjiro tenga una vez más que taparte la boca con su mano, tus manos hacia atrás sosteniendo sus caderas  y acompañando las dulces estocadas que te hacen gemir suavemente, te penetra muy suave, sus estocadas hacen bailar tus pechos que ahora se aceleran, ha apoyado su mano en tu cadera metiéndote más rápido ese enorme pene que desaparece mojado por el interior de tu vagina que no para de convulsionarse cada vez que la sientes entrar, no podías abrir los ojos, por el placer que te invade, aquellas penetraciones fuertes, profundas y pausadas, sentías que estabas llegando al éxtasis.

Las estocadas fueron más y más rápidas y profundas, empujando tu cara contra el espejo, un orgasmo empieza a recorrer tu cuerpo, te inunda el interior de tu vagina tanto que tus muslos empezaron a empaparse de tí.

Dos, tres y hasta cuatro empujones tan fuertes que la sentías entrar tan dentro de tí como nunca pensaste que fuera pasar, sientes como su semen se derrama dentro, en tu interior, en esos momentos sus dos manos en tus caderas sujetándote con fuerza y sin darte cuenta sus gritos de placer envuelven todo el probador, todo el pasillo, toda la planta.

Nada más terminar, Manjiro sacó su pene de tu interior, y se acercó a tu oído

-Vistete pronto que tengo un asunto que atender- te susuro, se subió los pantalones y salió.

Ahora estás avergonzada, de haber salido del aquel probador ante las miradas inquisitorias de las dependientas y de la gente cercana al probador, cuando saliste de ahí con la cabeza agachada, esperando en lo que Manito pagaba toda la ropa. Te diste cuenta que andabas sin bragas, recordaste que revisaste bien al salir, Maniiro seguro se las había llevado quizás como trofeo.

Salieron de la tienda, te dejó cerca de aquel café y partió en su lujoso auto con sus hombres.

Caminaste buscando donde descansar, pensando en aquel hombre que seguro a partir de ese día seria dueño de tus sueños, aquel que despertó en tí, el deseo y pasión que estaba oculta por tu temprana edad y aunque nerviosa y asustada todavía no le guardabas ningún rencor, todo lo contrario si te hubiera despertado cuando estabas dormida, si te hubiera encontrado cuando estuvieras perdida y pensabas que se merecía tener tus bragas para recordarte, aquello que sería como el título dueño de ti.

Tokyo Revengers One Shots - 🔥🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora