Desde que tenía memoria Toothless sabía que no era como los demás dragones del nido, era cierto que era el único Furia Nocturna que había, pero también sabía que se trataba de otra cosa, el no sucumbía al control de la Muerte Roja con su suma facilidad, era más escurridizo que los demás dragones y en si sabía que todos en el nido debían contribuir para la seguridad de todos los dragones que lo habitaban, pero la Muerte Roja no lo veía así, los controlaba a través del miedo para que le sirvieran si cuestionarla y para acabarla los obliga a buscarle comida que como consecuencia trajo una guerra con los humanos desde hace 300 años. Toothless no quería robar para nada, no quería meterse con los humanos y ningún dragón tampoco quería pero la respuesta de los humanos desde su aparición fue hostil y no les quedó de otra que actuar igual, sin embargo pese a que todos los dragones del nido atacaban pueblos y robaban comida, el decidió no hacerlo, solo velaría por la seguridad del nido, salvando a todos sus compañeros posibles, solo que su esfuerzo no era suficiente para salvar la vida de muchos que fueron capturados y asesinados, lo que provoco que se volviera frío y distante con los demás dragones, Toothless era consciente que la situación no podía seguir así y entonces recurrió a lo que podía ser su último recurso.
Rezo a los dioses.
Los humanos no lo sabían, pero así como los humanos tenían sus dioses y les rezaban tal como había oído que hacían los vikingos, los dragones tenían los suyos, les rezaba a todos los dioses de los que tenia conocimiento, en especial a uno: El dios Lendys.
Toothless no tiene buena relación con los dioses pues después de todo, ellos condenaron a los de su especie llevándolos casi a la extinción, pues posiblemente el sea el último que queda, sin embargo decidió dejar su orgullo a un lado por el bien de los dragones del nido y de manera inesperada ellos respondieron a sus plegarias, pero no de la manera en que esperaba, pues la noche en que cambió todo para el pidió a los dioses una manera de terminar con el sufrimiento que los dragones sufrían tal parece que los dioses de los dragones lo oyeron pues hicieron una intervención, por desgracia eso le costo caro pues perdió una parte de el pues fue atrapado por los humanos finalmente, eso sin duda lo altero, ya no podría volar, ya no podría volver a su hogar y ya no protegería a más dragones en las redadas, sin duda moriría allí por los humanos, no supo cuánto tiempo estuvo atrapado pues cayó lejos en un bosque donde al parecer morirá abandonado, eso pensó hasta que lo escucho y luego lo vio, se trataba de un niño escuálido que lo encontró y por lo que veía el le daría su muerte, ya no tenía sentido nada, ese sería su fin y ya estaba resignado a aceptarlo y de pronto presencio algo que no espero, el humano lo libero, una vez libre Toothless no perdió el tiempo y se apresuró a someter a su captor, ya en sus garras lo vio de frente y noto que ese pequeño no era como los otros humanos, era diferente y no solo eso y le perdono la vida, Toothless no vio correcto su acto, así que decidió perdonar la vida del Humano, le soltó un rugido a modo de decirle " Estas perdonado" luego se fue esperando no volver a verlo.
Pero se equivoco.
El niño humano volvió, lo encontró en donde se escondía, pensó que no lo volvería a ver, pero al parecer volvió y también al día siguiente, y al siguiente, y al siguiente de ese, durante esos días Toothless vivió una de las mayores experiencias de su vida, no solo porque el niño humano que con los días aprendió a que se llamaba Hiccup le devolvió la habilidad de volar, sino que este también le dio un nombre (algo malo a su parecer) y lo trataba como un igual, ahi fue cuando Toothless comprendió que los dioses no sólo le quitaron una parte de el, le dieron algo que hace mucho necesitaba: Un amigo.
Un amigo que sacrifico todo por protegerlo y a los dragones de su nido y ahora Toothless lo tenia ahí con el, inconsciente y herido gravemente, tenía que hacer algo rápidamente o sino no sobreviviria.
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LOS JINETES DEL DESTINO
FanfictionEl Día y la Noche La luz y la oscuridad El cielo y el infierno No importa como los llames. Son opuestos, pero a la vez se atraen, siempre ha sido así, no importa que, están destinados a reencontrarse siempre, han vivido incontables vidas y las segui...