Hasta Que Todo Se Apague ༄

~Capitulo 1~

Emma White
03/05-Martes
La parada

Camino por la acera, solo hago eso... no tengo las fuerzas que se necesitan para; concéntrame en el camino y una canción, pensar, razonar, bailar, o tan solo...sonreír.

Ya mi cuerpo, mente y alma, están tan agotados últimamente, que no alcanzo hacer muchas cosas a la vez. Hay música sonando a través de mis audífonos, aunque no le presto mucha atención. Faltan pocas calles para llegar a la parada más cercana a mi casa, donde vivo con mi perrita, Susie, hace ya mucho tiempo que empeze a vivir sola y esa es una de las razones por las cuales no tengo que fingir en casa. Si, mis padres saben todo, ellos me llevaron a mi primer psicólogo, que me remitió a un psiquiatra luego de dar un pequeño diagnostico, "depresión y ansiedad", el psiquiatra nos dio el mismo pero con más cosas que mi mente no es capaz de recordar en este preciso momento. Mis padres desde ese día en el psicólogo se han encargado de controlarme pero tratando de no sofocarme, ellos ven mejoras ya que me obligo a sonreírles, a comer mi plato con ellos enfrente...y prácticamente todo eso es por ellos. Han dado tanto por mi... que nunca supe como agradecerlo, por eso mismo es que también me obligo a tomar los antidepresivos que tengo recetados desde hace 2 años.

Los antidepresivos son una mierda, son una montaña rusa de esas que subes, y subes y de un momento a otro estas bajando a toda velocidad, muchas veces los llegue a engañar haciéndolos creer que si los tomaba, porque me siento hasta mejor sin ellos {a veces las otras veces es solo estar irritable}.

Mis cambios de humor son muy comunes, un tiempo estuvieron haciéndome pruebas para saber si tenía "trastorno de bipolaridad" en los exámenes, absolutamente en todos salió negativo no había nada, más que los diagnósticos que ya estaban...

Cosa que siempre pudo tranquilizar un poco más a mamá y papá aunque aun no del todo. Ningún padre estaría completamente tranquilo al saber que su hija de 19 a de tener aquellos diagnóstico desde los 17. Algo curioso es que no hemos descubierto por que tengo tales diagnósticos, ya que somos una familia unida, nunca tuvieron peleas muy fuertes conmigo enfrente y yo nunca tuve ningún tipo de experiencia muy traumática- o eso me hago creer a mi misma- ...esto nunca lo conté a los miles de psiquiatras y psicólogos que he tenido alrededor de estos dos años. Hace unos meses encontré al definitivo con el que siento que le puedo contar todo, que apesar de que solo sabe una pequeña parte {importante claro} me esta dando tiempo para poder contar todo desde el inicio.

Tomo asiento en la parada y trato de concentrarme en la canción que suena a través de los auriculares, noto movimiento a mi derecha a pesar de mantener los ojos cerrados ya que faltan unos minutos para que llegue mi autobús, saco el frasco de pastillas de mi pequeña cartera junto con la botella de agua que cargo siempre, saco una del frasco recostándola sobre la palma de mi mano, mientras abro la botella de agua.

Siento una mirada sobre mí y entiendo que es del chico que se acaba de sentar a mi lado, al que observe por el rabillo del ojo sin detallarlo demasiado.

—¿Qué es eso?—volteo hacia el dueño de la voz, el chico que está a mi lado que viéndolo frente a frente no se ve mucho mayor que yo, me debe llevar unos 2 años como mínimo, arrugo el entrecejo dando a entender que no lo estoy entendiendo {¿a caso esta hablando de el antidepresivo?} pienso —Eso que acabas de tomar— habla señalando el frasco de pastilla. Me paso las manos por la cara antes de quitar en audífono de mi oído, para hablar.

—Emmh, pastillas...— hace una mueca dando a entender que era muy obvio eso así que hablo especificando; — Antidepresivos—respondo indiferente y el arruga el entrecejo.

—Me estás diciendo que una chica tan linda como tu toma ¿antidepresivos?

—Emmh, eso supongo...

Llevo mi vista hacía el frente colocando el audífono en su lugar queriendo acabar esta conversación.

—¿Desde cuándo?

—2 años—respondo sin voltear a verlo, esperando a que no haga más preguntas

—Axel.

—¿Qué?—volteo hacia el de nuevo

—Mi nombre.—aclara— ¿tu?

—¿Qué yo que, idiota?— me exaspero

—¿Cómo te llamas?— por lo visto tiene paciencia, ya que con el simple hecho de verme tomar una pastilla y compartir 5 palabras, aguanta mis insultos.

—Emma—no sé ni porque se lo digo a un desconocido, pero él, el destila confianza que hace que se lo diga sin dudas.

—¿Edad?

—19, ¿tu?

—20

—Wow...

Me levanto cuando llega el autobús dejándolo con la palabra en la boca, encaminándome a la puerta de este, mientras en mi mente se repite su nombre {Axel}. Tengo el presentimiento de que esto está empezando... 

♪☆

NOTA DE LA AUTORA:

Esoo ya se conocieron.
Se que es pronto porque apenas es el primer capítulo, pero en fin...

Aquí podemos notar muy claramente como Emma a heredado mi lentitud, y  Axel la paciencia.

Emma si sabe lo que pasa, solo se niega...

Y minimiza sus problemas con la frase que le han dicho varias personas en su vida

"Hay problemas y traumas mayores..."