- 𝐄𝐯𝐞𝐫𝐲𝐛𝐨𝐝𝐲 𝐰𝐚𝐧𝐭𝐬 𝐲𝐨𝐮 || ꜱᴛʀᴀɴɢᴇʀ ᴛʜɪɴɢꜱ ꜱʜᴏᴛꜱ

📼 - munson, eddie

EDDIE MUNSON
one shot number ii

advertencia muerte

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Era consciente de que su pueblo era raro, su fachada de pueblito tranquilo era solo eso: una fachada. Amigos cercanos eran encontrados muertos en estados desagradables, inhumanos, pero era mejor pretender que todo estaba bien.

Margaret Thomas, no era la más popular, pero ser la mejor amiga de Chrissy siempre la llevo a codearse con los más influyentes de la secundaria. La rubia consideraba a Margaret su mayor confidente, por lo tanto esta era la única que sabia de su pequeño secreto: problemas alimenticios. 

Margaret sabía solo los detalles principales, Chrissy jamás hablaría de que todo este trastorno era gracias a su madre. Ambas solían experimentar con drogas, no había muchos vendedores y mucho menos consumidores en la zona aunque el más popular y murmurado entre los estudiantes era Eddie Munson.

-Maggie no esperaba verte aquí, sola-dijo Eddie saludando enérgicamente a la joven-¿Y tu amiga?

-Oh ella estaba un poco enferma-menciono, rascando su nuca, estaba mintiendo-Bueno Munson que tienes para mi.

El pelinegro sonrió con complicidad, apoyando una caja similar a un pequeño cofre sobre la mesa; Saco una pequeña bolsa con el contenido deseado.

-Eddie yo quería saber si tienes algo más fuerte, quisiéramos probar algo diferente esta vez-murmuro.

-Margaret Thomas no creí que fueras tan osada-rio, levantándose de su lugar con una mueca un tanto cínica-Si, en efecto tengo pero no aquí bonita.

Margaret se paró, estando frente a Munson, él cual la miraba pícaramente-Si quieres, puedes venir a mi casa esta noche y con gusto te las doy-planteó, acercándose un poco más a la chica-Sabes bien donde queda-susurro, rozando por un instante la mano femenina.

-Esta bien, ahí estaré-afirmó, mirando a el joven, que sonreía como un verdadero idiota-En ese caso nos vemos bonita-grito Eddie, mientras la castaña se alejaba con unas notables mejillas ruborizadas.

El juego de básquetbol estaba muy peleado por ambas partes, Margaret encontraba muy estúpido el monologo de aliento de su capitán, Jason Carver, lucrando con muertos. Lucas Sanclair marco el punto ganador en el último segundo, la muchacha sintió su piel erizarse y gritó como loca ante la victoria. Luego de un breve festejo Margaret golpeo de una forma suave a su amiga, indicando que debían ausentarse a arreglar sus asuntos, sus asuntos de señoritas.

-Meg, yo no quisiera interferir en nada-dijo en una carcajada la rubia-Chrissy, nada ocurre supongo que para Eddie fue algo de una vez-acoto algo desanimada la castaña.

Chrissy entrelazo su mano con la de su amiga-Es un buen chico, créeme-menciono en una dulce sonrisa, mientras se acercaban a el vehículo de su dealer. Este las miro con su sonrisa característica, se saludaron amistosamente y partieron hacia el complejo de casa rodantes.

-Bienvenidas señoritas-vocifero en un tono exagerado, sacando una sonrisa de ambas. Los tres jóvenes entraron a el lugar que estaba un poco desordenado, era notorio que Eddie pasaba la mayor parte de su tiempo allí-Esperen un segundo no tengo idea de donde mierda metí lo que quieren-murmuro, algo nervioso, revolviendo violentamente múltiples cajones. Un segundo más tarde desapareció por el umbral de su habitación.

Chrissy le dio un pequeño empujón a su amiga animándola a seguir a el joven, esta sonrió y se dirigió detrás del pelinegro. Este estaba contemplando una guitarra eléctrica, ella recordaba que él había mencionado que era parte de una banda-Oye Eddie, deja de jugar con tu novia y dame mis malditas drogas-bromeo, Munson dio un pequeño saltito de susto, ya que no había notado la presencia de la chica.

-Créeme que me insultas-contestó, mostrándose indignado-Y a ella-señalando a su guitarra. La joven rio por un momento y luego recorrió con la mirada la habitación, sus paredes estaban empapeladas por posters de bandas de heavy metal y había un poco de desorden por todas partes-Tal vez estén aquí-expresó el muchacho, abriendo un amplio cajon. Margaret no dijo una sola palabra, parecía que ya había consumido observando, memorizando, recolectando cada gesto, sonrisa, mueca de ese chico que le gustaba tanto que ya no podía disimularlo.

Eddie abrió una caja de metal corroído, encontrando lo que tanto buscaba-Aquí estan cariño-musito, parándose mirando atento a Margaret Thomas-Eres muy bonita, ¿Lo sabes verdad?-destaco coqueto, sonriendo desvergonzado; 

La jovencita, que también tenía su carácter, tomo de forma obstinada la cara del chico con una de sus manos-Munson escúchame bien, si siquiera te atreves a coquetear una vez más conmigo sin invitarme a una verdadera cita vamos a tener problemas.

Munson soltó un leve risita, riendo a la par con Thomas-Entonces tenemos una cita Maggie-vaciló-Es un hecho Eddie-dijo entusiasmada la adolescente.

Ambos salieron de la habitación, el chico paso un brazo por encima de los hombros de la joven, mirándola dulcemente. Al llegar a la sala ambos vieron a Chrissy con las pupilas fuera de orbita, parada como si de una estatua se tratara.

Margaret entro en un estado de pánico- Chrissy, oye idiota me estas asustando-grito, exaltada, sacudiéndola un poco. Eddie estaba igual que ella repetía una y otra vez el nombre de la rubia mientras decía "CHRISSY DESPIERTA, NOS ESTAS ASUSTANDO".

-Vamos Chrissy-bramo, con ambas manos firmes en los hombros de la chica la cual comenzó a elevarse por el aire, Margaret Thomas jamás sintió tanto temor en toda su vida.

Eddie cayo a el suelo maldiciendo mientras Chrissy golpeaba todo su cuerpo contra el techo de la sala, Thomas permanecía estática, en un abrir y cerrar de ojos las extremidades de su mejor amiga comenzaron a quebrarse, como si fueran tenedores de plástico, su mandíbula se doblo creando  una mueca aterradora en su perfecta cara y finalmente sus ojos se dispararon quedando solo cuencas vacías.

Margaret ni siquiera tenia magnitud de lo que ocurría escucho un grito, bastante estruendoso, de Eddie Munson, pero esto no genero que pueda quitar la vista de su amiga inerte cayendo en el suelo con una horrorosa figura. Él jovencito tomo la mano de Maggie, quizás salvándola de un encarcelamiento seguro, quizás cavando su propia tumba, quizás la amaba demasiado como para abandonarla a su suerte.

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oaaaa el Eddie, espero que les gusteee!