DIEZ

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Chanyeol nuevamente contó todos los billetes que tenía ahorrados, sus guantes debido al uso, se habían roto en varios sitios, como en la yema de sus dedos y debido a la baja temperatura, estaban casi morados, apenas los podía mover debido a lo entumido que estaba, pero sonrió satisfecho después de un rato cuando se dio cuenta de la cantidad que tenía, no era mucho, no podía decir que era la mayor cantidad de dinero que hubiera tenido en su vida, pero al menos era algo considerable después de tanto tiempo sirviendo en el ejército.

-¿No te preocupa traer todo ese dinero contigo a donde sea que vayas?- le preguntó uno de los soldados cuando se sentó a su lado en el campamento, la nieve caía sobre sus cabezas con poca fuerza y alguien a su lado, preparaba café, pero parecía más disuelto con agua que con el grano.

-No, de hecho lo siento mucho más seguro- dijo Chanyeol guardando todo de nuevo dentro de ese sobre de cartón que llevaba consigo, metiéndolo debajo de sus ropas.

-¿No tienes a nadie que lo reciba por ti? ¿Algún familiar? ¿Un amigo?-

-En realidad no- dijo Yeol y no mentía, ¿A quién podría darle ese dinero con la seguridad de que lo guardaría solo para BaekHyun? –No tengo a nadie, de eso es lo que me preocupa, si muero, es todo, así que me gustaría pedirles de favor que si llegó a morir, me saquen el dinero y lo guarden bien con ustedes-

-¿Qué cosas dices?- bromeó el soldado –Ninguno de nosotros debería morir, todos tenemos razones para vivir, aunque no lo parezca, incluso tú, ¿No dijiste que querías buscar a tu viejo amigo? A ese chico- Chanyeol sacó con cuidado el dibujo del chico de debajo de su uniforme para mirarlo, el dibujo comenzaba a borrarse y eso lo hacía sentirse demasiado deprimido. –Te gustaría verlo de nuevo ¿No es así?

-No debes perder la esperanza- le dijo otro soldado, dándole un pequeño golpe en la espalda, haciendo que Yeol sonriera, solo por un momento.

En realidad, cada día que pasaba, sentía la muerte mucho más cerca, la última vez, juró que sería todo, una bomba estalló cerca del camión donde él viajaba y termino volcándose, un soldado había muerto, pero el resto solo habían tenido rasguños o daños menores, Chanyeol se había quebrado el brazo y era difícil trabajar con eso, en realidad estuvo muy cerca de haber sido dado de baja, pero era joven y fuerte, los encargados estaban seguros de que se curaría con el tiempo, así que solo había recibido unos días de descanso y había sido regresado a la primera línea.

-Ten, te hará sentir mejor- un hombre le ofreció un vaso de café, el que aceptó con una gran sonrisa a pesar del mal clima, nunca pensó que podría encontrarse en una sensación como esa, en donde el miedo pero las ganas de querer ver el final con eso, eran más fuertes que nada.

Por la noche, Chanyeol estaba acomodando sus cosas porque al día siguiente irían a otro lugar, así que era momento de empezar a empacar, pero fue cuando la puerta de los dormitorios se abrieron, dejando ver a su general y a SeHun, en realidad no entendía como era que eso estaba pasando, pero un gran sentimiento de familiaridad lo invadió, Chanyeol estaba seguir de que lo estaban mirando a él, así que dejo de empacar para ponerse firme.

-Chanyeol Park- lo llamó el sargento, entonces camino con cuidado entre los demás soldados -¿Este es el hombre que quería ver, señor Oh?-

-Lo es, muchas gracias- SeHun lo miró por dos segundos, no parecía en realidad demasiado feliz por verlo, de hecho parecía molesto con él y que le hubiera dado una paliza si no fuera porque había personas alrededor. –Hablemos afuera-

En medio de la oscuridad y del frío, SeHun no dejaba de mirarlo de mala gana, con una mueca que no podía ser más de odio, Chanyeol no esperaba mucho, no esperaba nada diferente en realidad, no esperaba un trato diferente.

TaciturnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora