ONCE

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Enero de 1944

No sabía que era posible sentir tanto frío al mismo tiempo que tanta hambre fuera posible, BaekHyun tenía una miserable cantidad de dinero en la bolsa, así que no podía comprar nada, en cierto momento del camino, tuvo que ponerse en cunclillas porque tenía demasiada hambre y se sentía muy mareado, creía que iba a desfallecer desde hace días, pero al parecer, el momento había llegado.

BaekHyun bajo la cabeza, sintiendo nauseas, pero eso lo había sentido desde hacía días y era el momento para colapsar, había vomitado un montón desde hace días pero ya no era nada, ¿Qué podía estar sacando cuando no había comido casi nada durante días? Había tratado de llegar a la zona que había sido bombardeada para encontrar algo de comida, pero no sabía ni siquiera en donde estaba, había caminado en círculos desde que había dejado la casa de Suho e Irene.

Si iba a morir de esa manera, al lado de una calle vacía en medio de la nieve y la oscuridad, al menos le hubiera gustado tener algo en el estómago, quién sabe, tal una miserable pieza de pan, sería increíble. Gateó hasta colocarse junto a la pared, aferrándose a su ropa, a su cuerpo, a sus esqueléticas manos para tratar de darles calor.

Un hombre estaba caminando al inicio de la calle, bastante elegante en realidad, BaekHyun pensó que debería ponerse de pie e irse, pero no tenía fuerzas y cuando lo intento, termino golpeando su rostro contra la pared, eso hizo mucho más ruido cuando escuchó los pasos de alguien a toda velocidad.

-¿Está bien?- BaekHyun ocultó su rostro, cuando notó que ese elegante hombre se le había acercado y bajo el brazo, llevaba una bolsa de cartón que parecía llena de comida. – ¿Estás bien?- la pregunta vino de nuevo, al mismo tiempo que se ponía de rodillas a su lado.

BaekHyun asintió aterrado, en el pecho de aquí desconocido, llevaba un reloj de bolsillo, lo que demostraba por ese simple hecho, que tenía el dinero suficiente para comprar ese tipo de cosas en medio de la guerra, así que posiblemente ese podía ser su fin porque las personas de la clase alta, especialmente, eran los que estaban a favor de la guerra, BaekHyun se preguntaba cómo era que había tenido una corta vida tan lamentable.

-Dame la cara, parece que te has lastimado, ¿estás ebrio?- BaekHyun estaba temblando y se puso aun peor cuando le colocaron la mano sobre su espalda, sobre su delgado y viejo abrigo. –Esto es una pésima idea para vestir en el invierno, ¿Qué es esto?-

-Estoy bien- soltó en una pésima pronunciación del idioma en el que el hombre le hablaba, entonces supo que la había jodido. Así que con toda su fuerza, se levantó poco a poco para ponerse de pie y comenzar a andar con cuidado, aun cubriendo su rostro, su fuerza era toda la voluntad que le quedaba por vivir, así que debía ser muy poca.

-Pareces débil, ¿Has comido algo?- El hombre revisó el interior de su bolsa –Tengo bastante para mí solo, así que si quieres, puedo darte un poco-

-No, gracias- de nuevo la pronunciación dejo mucho que desear pero BaekHyun lo miró por encima de su hombro, notando aún más ciertos detalles. Llevaba hasta un elegante par de gafas colgando del puente de su nariz, su abrigo le llegaba hasta las pantorrillas y se veía sumamente cuidado, elegante, a pesar de estar en una lluvia de nieve.

-No tienes que tener miedo, da la cara o en verdad se pondrá mal esto- BaekHyun no sabía a qué se refería, la última parte no la había entendido del todo, pero se dio la vuelta, dejando que ese hombre lo mirará bien. No era nada de lo que era hacía un tiempo, había perdido demasiado peso, tanto que sentía que con una gran caída, podría matarse, sus labios habían perdido todo el color y entonces estaban muy partidos, un simple toque, podría hacerlos sangrar, además de que su color había pasado de un lechoso tono a uno pálido enfermo.

TaciturnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora