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Sali de ese con mis manos temblorosas, unas gotas de sudor caían por mi frente. No podía evitar seguir pensando en la conversación que tuve con la Sultana Hatice hace poco, puedo deducir que mi pulso era acelerado por el estrés que conllevaba despues de hablar con ella.

Tome el carruaje de regrese al palacio, Raziye quien me acompaña podía notar un cambio en mi cara, un cambio que no se veía a diario. Raziye puso su mano sobre mis nudillos los cuáles estaban pálidos al igual que mi cara.

-Halime- Dijo con tono suave

-¿Que sucede Raziye?- Dije desanimada

-¿Porque te has puesto triste?- Pregunto en un tono amable

-No me he puesto triste Raziye, solo no he podido entebder por que la sultana Hatice pudo haber sido así de cruel- Le respondi

-Ella es así Halime-

-No tendría por que ser así-

El tiempo en esas palabras se fue, llegamos al palacio imperial y al llegar hize mis tareas en el Harem hasta que la sultana Mirihmah me mando a llamar.

Halime HatunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora