Halime Hatun

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Cada día era como una aguja en mi dedo, doloroso por el no saber nada de mi familia, realmente los extraño mucho desde la última vez que los ví en Sogüt.

Mis emociones fueron interrumpidas por unos golpes a mi puerta los cuáles tál vez eran de Humasha, limpie mis mejillas ya que estaban mojadas por mis lágrimas y puse una falsa sonrisa en mi rostro. Con un poco de dificultad me levanté y abrí la puerta.

—Halime. — No era Humasha, era la sultana Raziye, esta me abrazó, el abrazo era cálido, algo que me daba un poco de fuerza y que me recordaba a mi familia.

—¿Sultana Raziye?— Correspondí al abrazo.

—Solo dime Raziye, Halime. — Me abrazó mas fuerte. —Se por el dolor que pasas, tu eres fuerte, resiste. —

—Bien mi sultana. — Alzé mi mirada viendo a la sultana Raziye.

—Prometo que hablaré con Mustafa para que te deje ir con tu familia. — Sonrió y salió de mis aposentos.

Iba a impedirlo pero la sultana salió antes, ahora si la sultana Hürrem va a odiarme y de por vida.

Para despejar mi mente salí de mis aposentos y fuí a los aposentos de las concubinas favoritas, un lugar al cuál nunca había ido ya que Sumbul Agha me dijo que no molestara a ninguna de las favoritas o el sultán me mataría.

—¿Quién eres tú?— Escuche una voz detrás mio.

—Yo soy...—

—Has de ser la criada que mandaron para avisarme que me prepararé para ver al sultán ¿No?— Dijo alzando su cabeza lo cuál me confundio.

—¿Quién eres tú?— La mire fijamente a los ojos.

—Soy Firuze, la favorita del sultán Sulëyman, ahora ayudame a prepararme. — Dijo como si fuera una sultana.

—No puedo ayudarla señorita Firuze y hoy no verá al sultán, el estará con la sultana Hürrem. — Me estaba comenzando a enojar.