Jessica

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Jessica

- ¿...Jessica?

- ¿¿Quién habla?? ¡Monstruos fuera!

- Soy yo, Úrsula, tranquila, te noto alterada, ¿estás bien?

- ...si, aquí.

- ¿A qué te refieres, solo aquí estás bien? Supongo que ya habrás pasado aquello de los exámenes...

Jessica siguió pintando sin responder hasta que dejó la brocha, y se dirigió a Úrsula.

- Úrsula... ¿De dónde vienes?

- Vengo del mundo de los espíritus, para cambiar las cosas a mejor, me están entrenando, con eso consigo liberarlos de su maldición, y esparzo sus conocimientos a toda la humanidad.

- Y... ¿Qué quieres cambiar?

- No lo sé.... pero me interesa lo que dicen, antes estaba en el patio con mis amigos hasta que me aparté, y me topé con miedo, que me llevó consigo.

- ¿Me puedes ayudar...?, Por favor, ¡lo necesito! -dijo arrodillándose ante ella-

- ¿Qué es lo que te ocurre? -preguntó Úrsula-

- No lo sé...siento...siento...no me siento bien...la situación no ha cambiado, siguen cargando como tropas con exámenes y deberes contra todos...solo tengo 15 años, nunca había previsto este cambio tan brusco. Antes era todo pan comido...y ahora no puedo más con esto. Me da miedo todo; si no me comporto perfectamente correcta, me sancionarán con lo que ellos tienen a su poder. Amonestaciones...Negativos...Partes... ¡He incluso la expulsión!

- ¿Y eso te hace estar nerviosa?

- ¡Claro!, tengo ataques de pánico -reveló Úrsula- me cuesta respirar cuando veo cosas que me dan miedo, y como tengo miedo a encontrarme con otro ataque, acabo teniendo crisis en las que las personas no saben ayudarme...me duelen los pechos...me duele todo...Algunos profesores intentan ayudarme con programas específicos, pero no consigo entrar, están llenos.

- Estás demasiado preocupada...

- Me da miedo no poder seguir estudiando...teniendo que trabajar...

- Tranquila, no anticipes el futuro -dijo Úrsula poniéndose los prismáticos-

Cuando Úrsula llegó a ponerse los prismáticos; avistó una gran gama de colores oscuros. La calle estaba repleta de colores grises, amarillo oscuro, y violeta oscuro, el más predominante.

En ella veía un espectro de color gris-amarillo oscuro y se percató de lo que estaba sucediendo.

Tenía tanto miedo que no salía a la calle; esto se denomina Agorafobia.

Úrsula volvió a mirar su agenda, y ¡esta vez era tremenda!, 5 exámenes finales en 2 semanas,

- ¡¿cómo se puede argumentar semejante cosa?! –dijo sin darse cuenta de lo frustraba que estaba- ¡si nadie llega a dar todo un libro entero!

-Tengo un problema...

- ¿Y qué si suspendes? -argumentó Úrsula- lo importante es la salud, en especial la salud mental; porque sin ella no rindes.

- Tienes razón...

Úrsula -dijo miedo-

- ¿Sí? -dijo en voz baja-

Estás dándole vueltas a una columna, ya sabes lo que está sucediendo, esta chica tiene crisis de ansiedad...ataques de pánico, podría ser un trastorno de pánico perfectamente.

Lo que tienes que hacer es enseñarle a manejarlo, y ayudarla a salir.

- Vale, veo que te relaja pintar, Jessica.

- Sí, es mi método de relajación.

- No debes huir de los miedos; tienes que confrontarlos.

- ¿Sabes...lo que cuesta? Primero empecé a preocuparme de unas tonterías, luego fui cargando y cargando, y no tenía tanto tiempo para estar con mis amigos. Los peligros me acechaban...me empezó a dar manía las paredes de las calles, y el aula, ahora estoy confinada, no puedo con esos límites.

- Bueno, pues, solo hay una forma; sal a la calle, contacta con tus amigos, ve al médico, a un psicólogo; supongo que ya habrás ido.

- Pero...

- Ahora, solo vamos a dar un paseo, el ejercicio es bueno.

- Puedo intentarlo -se animó Jessica-

- ¡Vamos!

La niña de los ojos de cristal (Obra en proceso) (Viejo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora