En la sede

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En la sede

Volviendo al lugar principal, Úrsula se hallaba con Miedo.

Ahora tienes dos caminos abiertos; amor o alegría. Pero más adelante está ira y tristeza.

- ¡Qué interesantes! -dijo Úrsula, aunque indecisa-

Úrsula lo pensó y se decantó por Alegría.

- ¡Quiero ver a Alegría!

Bueno, pues es por aquí -dijo señalando a una puerta que llevaba a una especie de antesala a dos caminos, por uno se iba a alegría; ajetreado con el ordenador, y el otro al Amor-

Úrsula abrió la puerta y no fue descubierta hasta que Alegría pegó un brinco del susto.


La niña de los ojos de cristal (Obra en proceso) (Viejo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora