Lo que Úrsula aprendió de la ansiedad

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Ahora lo comprendía; Úrsula se analizó a sí misma en aquel estado, respiró y volvió a recobrar la firmeza.

- Tengo un gran problemón...-dijo Jessica-, si no hago lo que debo, podría tener que repetir, me dicen que necesito aprobar el instituto para vivir...si no barreré las calles o transportaré basura el resto de mi vida...

- ¡Un guerrero nunca se rinde!, Tienes una salida...en algún sitio está...siempre hay un tercer camino oculto.

- No la veo...

- Ahora, cuando tengas ansiedad; para y respira. Luego haz las cosas más importantes como puedas. Necesitas tranquilidad.

- Tienes razón; gracias, Úrsula...

- ¡De nada!

No tan rápido, me temo que todavía te queda por explicarle el estrés-dijo Ansiedad-

- ¡Ah, sí!, recuerda, el puma es peligroso, los papeles no. Respira de vez en cuando.

- Eso no me sirve de mucho...-dijo Jessica-

Hay muchas cosas que necesita saber esta chica. -apuntó Ansiedad-

- Lo importante es cuidar la mente; si no, ¡Ya ves qué desastre! -dijo Úrsula

- Vale, creo que tienes razón...Intentaré hacer lo que pueda

Y Úrsula no logró del todo desatar el primer espíritu; pero fue entonces cuando Ansiedad comenzó a brillar, dando un ligero resplandor hacia la tierra de todas sus facetas y desapareció dándole las gracias a la niña.

Gracias Úrsula, ahora volveré a mi vida y toda la humanidad tiene ahora conocimientos de mi maldición.

- ¿Te vas?, ¡Qué pronto!, ¡Espera, no me has dicho que te pasó para que acabases así! -la paró Úrsula-

Era una adolescente, como ella, pero me... no pude más....

- ¿Qué hiciste? -inquirió Úrsula-

Bueno, sígueme.

Ambos volvieron al vestíbulo de los espíritus, pero la cosa no quedó ahí.

La niña de los ojos de cristal (Obra en proceso) (Viejo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora