Los guerreros de la muerte

EL ORÁCULO DE ZAESSI

Poco a poco Lily fue recobrando el aliento, el joven que se encontraba detrás de ella parecía también hacer lo mismo. La espada que llevaba empuñada estaba brillando levemente, y de repente los dos jóvenes se encontrababn solos en un hermoso paIsaje. El primero en hablar fue el muchacho, que preocupadamente preguntó a Lily:

-¿Estás bien?

-No, estoy... no encuentro el adjetivo para describirlo.- contesta ella instantáneamente.

-A mi me pasó lo mismo al principio. No te preocupes, se pasará y te sentirás mejor.

-¿Qué eran esas cosas?- pregunta Lily al recordar lo sucedido.

-Esas "cosas" eran zummers, o si lo prefieres ángeles caídos.

-¿Quieres decir demonios?- pregunta procesando lo sucedido.

-No, los demonios son los de arriba, aunque ellos no tienen nombre. Para que lo entiendas mejor, ellos son los reyes, y los zummers los esclavos. Por cierto mi nombre es Azel.

-Ah, yo me llamo Lily, y ahora mismo no entiendo nada. ¿Por cierto dónde estamos?- pregunta intentando sacar lo máximo de información.

-Eso no soy yo quién te lo tiene que explicar. Ven, sígueme.

Azel le tendió la mano a Lily en un aire cómplice, ella sin dudarlo, la aceptó y juntos se sumieron en la espesura del bosque. Los dos jóvenes se encontraban caminando agarrados de la mano, con total confianza el uno por el otro, aunque no se conocieran de nada. Entre los dos había química. No parecía que tuvieran mucha diferencia de edad. Lily le echaba al joven unos dieciocho años, pero en su semblante había una extraña capa de experiencia propia de un ser milenario.

-¿A dónde vamos Azel?- pregunta Lily con curiosidad.

-Al oráculo de Zaessi, allí él te dira lo que eres.

-¿Lo que soy?, no lo entiendo.

-Nosotros somos ángeles, y dentro de nosotros hay tres grupos: ángeles guardianes, que se encargan de guiar a los humanos, ángeles mediadores, que son los que dirigen nuestro mundo, y guerreros de la muerte, que son aquellos que se encargan de buscar a los natos, y que pelean con los Zummers.- dice sin pararse por el camino para explicarlo.

Antes de que Lily pudiese preguntar, una enorme estatua se mostró ante ellos. Y allí estaba el oráculo de Zaessi.