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Lily y Azel caminaban juntos por el bosque. Un paisaje precioso con miles de especies de plantas, que abarcaban todo el bosque. No se habían dicho una palabra desde que habían empezado su trayecto, y Lily se empezaba a sentir un poco molesta porque se suponía que irían allí para resolver preguntas. De pronto, Lily se paró en seco dispuesta a hacer preguntas, unos segundos después su compañero hizo lo mismo situándose delante de ella mirándola fijamente a los ojos, desafiándose, pero sin querer hacerlo.

-¿Vamos a camminar todo el tiempo o vamos a hablar?, porque que yo recuerde hemos venido aquí para que me resuelvas las dudas.

Azel esbozó una sonrisa.

-Bueno, has descubierto mi plan, pensé que podría callarte con un paseo para que no me preguntaras cosas. Me equivocaba, no te has olvidado como suponía.

-Veo que sin querer me has llamado tonta, pero dejaré a un lado esa idea, visto que enfrentándome a ti no conseguiría nada.

-¿De verdad crees que podrías enfrentarte a mi?- preguntó Azel con un toque de desafío en su voz

- Me subestimas, desde los doce años he estado en clases de defensa personal, y he llegado a ser la mejor de mi clase, una vez en un entrenamiento llegué a ganar a uno de mis profesores, así que no creo que te convenga enfrentarte a mi. Además, ¿crees que yendo por ahí con una espada en la cintura te hace muy importante?, porque si es así entonces es que eres muy creído.

Azel se quedó mirando a Liloy con el ceño fruncido, evaluando sus palabras. Cierto es que Lily había ido a clases de defensa personal desde los trece años, había sido muy buena, pero sabía que estaba en desventaja contra un hombre del tamaño de Azel, no obstante, dudaba de que él le pudiera ganar, porque era evidente que sus habilidades se acababan en el uso de la espada, aunque hay que admitir que era muy bueno practicando esgrima. El movimiento de la mano de Azel sacó a la muchacha de sus ensoñaciones. Sin darse cuenta el joven estaba dirigiendo una mano hacia su cara, con intención de tocarla, Lily no se inmutó ante tal gesto, pues fué un gran error, ya que antes de que su mano tocara la cara de ella, esta se dirigió hacia su brazo, retorciéndola, obligándola a darse la vuelta, colocándola a la merced de aquel siniestro muchacho. Justo cuando Azel la tuvo agarrada, sin dejar que ella se moviera, riéndose por su acto, le susurró a Lily en su oído:

-Tus profesores no debían de ser muy buenos en su trabajo, ¿verdad?.

Lily estaba inmóvil, pero no iba a dejar que él la dominara, por eso a sabiendas de que él era más fuerte que ella, le respondió con toda la seguridad que pudo.

-No es justo que me pilles por sorpresa, además no deberías hacer sentir asi una chica, eso en mi mundo estaría de muy mal ver.

-Fuiste tú la que dudaste de mis capacidades, y pensé que esto sería una buena lección para tu entrenamiento, nunca distraerte.

-¿Qué entrenamiento?- preguntó Lily incrédula.

-Eres una guerrera de la muerte, aquí eres una guardiana, y como tal debes entrenarte para conseguirlo.

Lily se revolvió incómoda sobre su abrazo, Azel la soltó al ver su intención, Una vez que se hubo soltado, se plantó delante de él, desafiándolo, sus dos sonrisas se apagaron.

-Explícate.-dijo Lily pidiendo información, exigiendo información.

Los guerreros de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora