ATRACCIÓN

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Azel tenía los ojos abiertos como si hubiera visto un fantasma, su cara desprendía un matiz de terror, e ira. A Lily le preocupó que le hubiera pasado algo, pero en el momento en que los ojos de él se posaron en ella, su aaspecto cambió de terror a pazy alivio, por lo tanto al Lily percatarse de su expresión, ella también se relajó.

-Menos mal- dijo Azel con un largo suspiro de alivio- pensé que te había pasado algo mientras dormía, y entonces...- añadió, poco a poco relajándose.

- Azel, me gustaría hablar contigo.- dijo Alea antes de que Lily pudiese decir nada.

Azel afirmó con la cabeza, y antes de irse echó una última mirada a Lily, que hizo que a ella le diera un escalofrío. Cuando Lily le sostuvo la mirada asintió con la cabeza ella tabién, para decirle sin palabras que se encontraba bien.

Los dos entraron de nuevo en la habitación, los minutos se le hicieron eternos a Lily, pues se encontraba en un lugar desconocido, sola, y sin saber que era lo que estaban hablando las dos personas que conocía desde hace muy poco. No se oía nada, por lo que todo iba bien, eso significaba que nada malo estaba pasando. Los dos jóvenes salieron de la habitación con la cara triste, y muy decididos de saber lo que estaba pasando.

Alea se fué con una sonrisa a modo de despedida. Azel estaba en el marco de la puerta, apoyado, adoptando una posición despreocupada, pero que no estaba del todo convencida.

- ¿Y ahora qué?- preguntó Lily.

- ¿Qué quieres hacer tú?. Creo que tendrás ganas de saber cosas, y también de poder relajarte, y también de saber lo que pasa.

-¿Lees mentes?- pregunto Lily con sarcasmo.

- Sí- respondió Azel. Estaba claro que se había tomado la pregunta de Lily al pie de la letra, y que no había respondido bien al sarcasmo.

-No te estaba preguntando eso literalmente, pero aún así es bueno saberlo.

-¿En serio te lo crees?- preguntó Azel arqueando una ceja

- Bueno, me creo todo lo que me digas, está claro que no me vas a mentir, pero, sin ofender, me has ayudado más de una vez, y me han contado que me has cuidado, así que no creo que seas tan tonto como para ayudarme y luego ser mezquino conmigo. Además sé que no mientes.- dijo Lily a modo de explicación.

- Bueno señorita "entiendo todo lo que haces", por qué no vienes conmigo a dar un paseo.- dijo Azel con una sonrisa, y tendiéndole la mano a Lily.

- Bueno, supongo que puedo confiar en ti.

Lily le dio la mano al chico, y con un impulso ella se levantó, en un impacto en el pecho de Azel. Cuando Lily se recompuso, miró fijamente a sus ojos, y de repente, sintieron una atracción mutua.

Los guerreros de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora