Celos *Ken (2)*

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Draken estaba molestó, sumamente indignado mirando con desdén al rubio delante de él a brazos cruzados. Desde que ese chico llegó se le pegó como garrapata a la castaña sin darle ni un solo tiempo solos.

Sam estaba en el sillón individual ignorando por completo la mala cara del otro rubio. Aunque no podía negarlo, era divertido ver cómo ponía caras de disgusto sin saber que él con ___________ no tenía otro tipo de intención más que solo una amistad, también debe admitir que en ocasiones le daba miedo su tamaño y que este un día le hiciera algo.

Aunque no se atrevería conociendo el carácter de la chica. Que hablando de la reina apareció en el momento oportuno.

-Vincent está en mi habitación durmiendo cómodamente así que puedes irte tranquilo, salúdame a los chicos de mi parte.

-Eres la mejor -se levanto dándole un fuerte abrazo viendo el ceño fruncido del rubio más alto-. Te debo una.

-Ya sabes cómo pagarlo, así que no hay problema con eso -sonrio-. Con tal, Vins es como mi hermanito menor.

-Sí, realmente lo parece.

Draken hecha humo por las orejas, no sabía cuánta confianza se tenían como para que el menor de los hermanos ya se haya quedado varias veces ya con ella. ¿Pero justamente tenía que ser en SU NOCHE de películas? Patrañas.

Una vez ido el ≤parasito> como le decía Draken, ___________ se acercó hasta dónde estaba él. Trato de relajar su cara, su postura, todo lo que la hiciera sospechar que se sentía furioso. ¡Lo peor es que no sabía porque estaba totalmente furioso! ¿Era porque se trataban muy cercanos? ¿Porque alguien más tenía una relación íntima con ella?

Íntimo.

Esa palabra estuvo vagando en su mente durante un rato. ¿Acaso ellos dos tuvieron algo más íntimo y por ello se trataban así de cariñoso? De solo pensarlo le hervía la sangre. No podría siquiera imaginar que algo más haya pasado entre los dos.

-Muy bien, la noche de películas puede empezar. -La fémina agarró el control junto al Bawl de cotufas que estaban en la mesita de centro dándose cuenta que el rubio no la estaba escuchando-. Ken-kun -llamo-; ¿todo está bien?

El nombrado parpadeo un par de veces hasta regalarle una sonrisa.

-Sí, excelente -mentira. Se estaba muriendo por dentro ante lo que su cerebro le estaba haciendo pensar-. ¿Cuál veremos primero?

-Me dijeron que Muerte en el Nilo era buena, está Falló en la Luna, Bajo la Misma Estrella, Los Juegos del Hambre, Ruroruni Kenshin... Hay variedad.

-Veamos bajo la misma estrella.

- ¿En serio?

-Sí.

-Vas a llorar.

-No lo haré.

Y lloro durante unos treinta minutos siendo consolado por la joven de cabellos castaños que internamente reía por ver a su amigo grandullón en ese estado.

Draken era como un oso y un conejo al mismo tiempo. ¿Como es eso posible? Pues, tiene la altura y la fuerza de un oso, pero en realidad es una cosa bastante tierna cuando realmente se lo propone a la que quieres proteger con todo tu amor y cariño de cualquier mal. Solo que tuvo que madurar demasiado rápido, por ello su personalidad. Aunque, lo bromista que es combinado con lo torpe no se le pasa con los años.

- ¿Te sientes mejor? -Pregunto ______ con una pequeña sonrisa.

-Sí, disculpa que me hayas visto así. Fue muy emotivo y eso que no soy fan de las películas de amor.

Tokyo One Shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora