El humo de sus cigarrillo me pegaba en la cara, estaba parada en la entrada esperando a Chifuyu que terminara su reunión cuando este sujeto no dejaba de verme. Me sacaba cabeza y media de altura dejándome ver demasiado pequeña ante él.
No decía nada, no paraba de fumar, mucho menos de mirarme. Cuando dejaba de hacer contacto visual emitía un gruñido logrando que lo viera negar con la cabeza lentamente. No era la primera vez que me pasaba algo así con él.
Soy amiga de Chifuyu desde que tengo memoria y cuando este chico se unió un escalofrío recorrió mi cuerpo porque nunca me sacaba la mirada de encima. Era hablador, sacaba a más de cualquiera de quicio rápidamente, pero conmigo, era un caso distinto. Siempre trataba de estar cerca, a veces caminaba detrás de mí después de que salía de mi club hasta que llegaba a casa. No me decía qué quería y eso me pone nerviosa.
Cuando termino de calar su cigarrillo tiro la colilla por ahí acercándose a mi a lo que automáticamente yo retrocedí. Trague duro cuando su cuerpo me escondió en unos arbustos y la pared cercana a las escaleras.
Ninguno decía nada como siempre, o eso creía hasta que sus grandes y lisas manos apretaron mi cuerpo. Una lo hacía en mi cuello sacándome un suspiro repentino mientras que la otra se posaba en mi cadera.
—Detesto cuando no me miras —susurro ronco en mi oído haciéndome estremecer.
— ¿Qué quieres de mí? Ni siquiera te conozco más allá de tu nombre.
—Lo quiero todo de ti —pauso observando con detenimiento mis labios—. Lo quiero absolutamente todo.
Mis manos temblorosas trataban de apartarlo siendo en vano. Comenzó a dejarme besos despacio subiendo de mi clavícula hasta la comisura de mi boca.
—Hanma... Sueltame... —imploré.
—No quiero —gruño—; y no lo haré.
Nuestras narices rozaron hasta que su boca se unió a la mia sacándonos un gemido a ambos. Iba lento, mordía mi labio más grueso poniéndome nerviosa debido a su juego. Subió la otra mano afianzando el agarre en mi cuello dejándome sin aliento.
Se separó un momento de mi dejándome moribunda. Sus ojos se volvieron filosos, oscuros, demostrando un hambre atroz como si fuera a devorarme. Mi respiración irregular me delataba, con sólo un beso estaba temblando. Quería más y él también.
—Hanma...
— ¿Quieres otro? —Inquirio metiendo un dedo gordo haciendo círculos en mi lengua. Yo asentí sin dejar de lamer sacándole un chasquido—. Mierda...
Esta vez nuestras bocas se unieron en un frenesí incontrolable haciendo sonidos mojados y delicioso para nuestros oídos. Me estaba asfixiando no solo porque me tuviera apretada de la garganta, me sentía asfixiada porque su lengua era muy larga.
El control de esta situación claramente era suyo, llegué en un momento donde no podía aguantar más que si no fuera porque me atrapó de la cintura estuviera desparramada en el suelo tratando de recomponerme.
— ¿Estas bien? —Me pregunto con su voz ronca producto de la excitación.
—Me siento mareada —respondí aferrándome a su cuello—. Nunca me habían besado así.
La risa ronca y satisfactoria que soltó fue suficiente para que mi cuerpo se estremeciera. Mi cuerpo en serio que estaba débil, quería dormirme en sus brazos. Él pareció notarlo ya que me cargó estilo nupcial hasta su motocicleta.
—Te llevaré a tu casa, no te vez muy bien.
—Pero Chifuyu...
—Hablas con él después —dijo de mala gana, noté muy bien que no le agrada mi amigo rubio teñido, mucho menos Baji.
—Me meteré en problemas por esto —susurre colocándose el casco aferrándome a su cintura.
—Si pues —me miro por encima del hombro izquierdo regalándole una sonrisa un poco torcida—; será mejor que te acostumbres a esto.
Sin decirme más nada arranco sacándome un chillido de improvisto.
(...)
—Dame otro —pedí antes de entrar a mi casa.
Hanma me sonrió de manera arrogante palmeando su regazo, me subí de nuevo a la moto, pero esta vez dejando nuestras intimidades pegadas sacando nos un suspiro. Estaba sensible y él también.
—Si sigues así voy a terminar follandote aquí en vez de solo darte un beso —susurro ronco presionando mi cadera.
—Si me tomas es porque así lo decidí.
Sin decir otra palabra sus labios se juntaron con los míos en un tortuoso vaivén, estaba jugando con mi cordura, quería hacerme suplicar por más o tal vez tenerme a su merced.
Su larga y grande lengua entro tanto en mi que me faltaba el oxígeno distrayendo mi mente de lo que sus manos estaban haciendo con mi intimidad. Comencé a gemir en medio del ahogo, Hanma sonrió en medio del beso separándose un poco para que recobrará el aliento y así adentrarse con más fuerza mientras que sus dedos presionaban mi clitoris sobre la ropa interior.
Comencé a dar saltitos aferrada a su cuello sacándole gruñidos, no podía resistirme, no más. El beso, ¡oh!, el jodido beso paro después de que casi cayera inconciente de la moto. El teñido estaba igual o peor que yo respirando profundo.
—Entra.
Lo mire con una ceja alzada observando lo serio que se había puesto, mire hacia la dirección que él lo hacía sin ver nada.
— ¿Todo en orden? —Pregunte, de cierta forma me preocupó.
—Entra y llama a Chifuyu que se quede contigo, tengo que resolver unos asuntos.
Me dio un último beso en los labios conduciendo a toda prisa, no entendía porque esa expresión en su rostro, pero hice lo que me pidió. De repente la noche se puso tensa.
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Tokyo One Shots
FanfictionSi entras aquí estoy 100% segura que no vas a querer salir. Ven y adéntrate en el pecado.❤️