TENTACIÓN II

⚛Capítulo 30⚛

Después de haber pasado prácticamente todo el día en carretera y haber hecho parada en unas cuantas gasolineras; por fin llegamos a la urbanización donde vivíamos Fabia, Alan y yo.

Todo seguía igual que meses atrás, incluso la casa de los Carson parecía como si hubiese tenido inquilinos recientemente, el césped estaba corto y todo estaba en su lugar como cuando Donovan estaba aquí.

-¿Crees que haya alguien?. -le pregunté a Alan cuando pasamos frente a la casa.

-No lo creo, seguramente mis tíos le paguen a alguien para que le haga mantenimiento.

La cuadra que separaba esa casa de la de mi madre llegó a su fin y después de tantas horas de viaje y varios meses sin verla, la tenía frente a mi. Esa mujer alegre que solía obligarnos a mi hermano y a mi a comernos las verduras estaba parada en la puerta, sin pensármelo dos veces me bajé del auto apenas Alan estacionó, y corriendo hasta llegar a ella la estreché en un fuerte abrazo. Sus cálidos brazos y ese ligero olor a vainilla de su perfume me recibió, estaba en casa otra vez.

-Pareciera que fue hace mucho cuando te vi cruzar las puertas de embarque para abordar el avión. -sus caricias en mi cabeza me transmitían tanta tranquilidad, así fue hasta que sentí un tirón en mi cabello y como acto reflejo solté un puñetazo haciendo que alguien soltara un quejido.

-Sigues siendo tan cariñosa como cuando estabas aquí, hermanita.

Me separé de mi madre para abrazar a mi hermano; quien no perdió oportunidad para soltar mi coleta y despeinar mi cabello, me soltó y haciéndome a un lado tal cual algo desechable caminó hasta abrazar a Fabia, Thomas y luego a Alan.

Ya había anochecido y estaba haciendo un poco de frío por lo que mi madre nos hizo pasar, la casa estaba como cuando me fui, caminé seguida por los demás hasta que nos sentamos en los sofás.

-Laura esta... -mi madre fue interrumpida por el sonido de su teléfono, atendió la llamada y luego de unas cortas palabras le pasó el móvil a mi prima. -hablando de la reina de Roma.

Fabia habló unos minutos con su madre y luego colgó devolviendole el teléfono a mi madre, ella y Jayson nos hicieron pasar al comedor y nos sirvieron de comer, poco tiempo pasó hasta que sonó la puerta, mi hermano fue a abrir y poco después aparecía de regreso ahora con mis tíos.

Fabia apenas vio a sus padres dejó su lugar en la mesa y se aproximó a abrazarlos, nos volvimos a saludar entre todos y luego mi tío se detuvo detrás de Thomas y puso ambas manos en sus hombros, la mirada de Thomas era aterrada, mis tíos se enteraron del problema que tuvieron, y aunque al final el chico resultó ser inocente aún así no se salvará de la charla con el padre de Fabia.

-Tu y yo tenemos que hablar, jovencito. -asintió sin decir nada y se levantó parándose junto a mi tío.

-Amor, si tu padre me asesina recuerda que te amo. -dicho esto ambos salieron del comedor.

La cena siguió normal, mi novio y mi hermano hablaban de algún partido de fútbol, mi madre y mi tía hablaban de sus cosas; mientras Fabia y yo seguíamos degustando la comida que había preparado mi madre.

Cuando terminé de comer salí con Alan a bajar mi maleta y la de mi prima, él se quedaría en casa de sus tíos y pasaría a dejar a Thomas a casa de sus padres. Una vez volvimos adentro, dejé la maleta de Fabia junto a la puerta y tomando la mía subí las escaleras para dejarla en mi habitación. Cuando volví a bajar ya todos se estaban despidiendo, primero se fueron mis tíos y prima, y a los pocos minutos mi novio y su amigo también se marcharon.

-¿Y Facu?. -pregunté al caer en cuenta de que no estaba presente.

-No pudo venir, tenía guardia nocturna en el hospital pero aseguró que mañana estaría aquí para la cena.