5- Fiesta de pijamas (segunda parte)

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Después de lo ocurrido los chicos pensaron que sería mejor posponer la fiesta, ya que no les parecía apropiado, pero Joyce les dijo que no se preocuparan y fueran a divertirse, que ella cuidaría de Hopper.

Al llegar de nuevo a casa de los Wheeler, rápidamente prepararon todo para hacer el maratón de películas que habían planeado. Lucas y Dustin eran los encargados de preparar la película que verían, mientras, la pareja se encargaría de preparar las palomitas y las bebidas en la cocina.

—Amor, pásame ese bol.—pidió el pelinegro.

—Sí, toma...—Will se quedó en silencio mirando al suelo, estaba pensando en algo muy detenidamente. Mike se dio cuenta y le preguntó si estaba bien, a lo que el más bajo asintió inmediatamente con un sonrojo en su cara.—¡B-Bueno! Sí, pero, lo que dijo Hopper en el hospital...

—Ah, ya veo... ¿Es por lo del sexo?—Will miró impactado al mayor como si hubiera dicho algo de lo más sumamente grave, este se empezó a reír.—Cariño, no te preocupes por eso, es verdad que es algo normal entre las parejas pero eso no significa que nosotros estemos obligados a hacerlo. Si tú no te sientes cómodo con eso, entonces yo tampoco. Además—hizo una pausa para llevarse una palomita a la boca.—, Hopper me mataría si se enterara.

—Y si...—Mike miró extrañado al castaño.—¿Y-Y si no se enterara?—. Y en ese momento Wheeler se atragantó con la palomita y empezó a toser.

Iba a abrir la boca para decir algo pero Lucas los llamó desde el salón.—¡Chicos, ya tenemos todo listo!

Mike suspiró.—¡Ya vamos!—se giró hacia Will, el cual agachó la cabeza frente a la mirada sostenida del pelinegro.—Oye, hablamos esto después, ¿de acuerdo?—Mike le revolvió el cabello al menor y Will asintió avergonzado. El castaño no se podía creer lo que acababa de salir por su boca hace unos instantes, pero ya estaba dicho.

Los dos llevaron las cosas a la mesa del salón y se sentaron todos juntos en el sofá para finalmente darle play a "The NeverEnding Story", la película favorita de Dustin.

Sinclair estaba sentado en el suelo y Henderson en un extremo del sofá mientras que los dos novios estaban en el otro extremo, acurrucados, Mike con un brazo sobre el hombro de Will.

La película era interesante, pero eso no quitó que ya era bastante de noche y a la media hora los adolescentes cayeron dormidos en el sofá.

—Oye, ¡Will! Psst, ¡Will!—un susurro en su oído hizo que Byers abriera los ojos adormecido, era Mike quien susurraba.—Ven conmigo.—el más alto se levantó del sofá con cuidado y tomó la mano del menor para dirigirse los dos hacia el cuarto del pelinegro. Will iba caminando con el corazón acelerado recordando la conversación que tuvieron en la cocina. Una vez llegaron a la cama y se sentaron, Mike volvió a hablar.—Bien... Creo que aquí estaremos más cómodos para hablar. Entonces, ¿estás de acuerdo con eso de tener sexo?

Will puso los ojos como platos y habló apresuradamente.—¡E-Es que...! Me ha dado curiosidad, no sé... Pienso que no estaría tan mal...—Mike sonrió enternecido y le dio un beso en los labios.

—Si tú estás de acuerdo, entonces yo también.—Byers sonrió y asintió.—Está bien, cariño. Vamos a hacerlo... Pero antes, firma esto.—Will miró confundido a su novio y Mike sacó lo que parecía un contrato.—Está bien tener tu consentimiento verbal, pero tenerlo por escrito evitaría que me metieran en la cárcel por violación.—Mike miró serio al menor, el cual empezó a reír.

—Ay... Que tonto eres, Hopper no es tan extremista.—Mike lo miró ladeando su cabeza.–Está bien, puede que sí... Dame eso, anda.—Los chicos rieron por un momento por lo absurdo que era la situación, pero necesaria a la vez.

De repente, mantuvieron la mirada mutuamente por unos instantes sonriendo tontamente y se fueron acercando, comenzando a besarse de forma suave y lenta, con mucho cariño.—¿Estás completamente seguro?—Mike quería que esto fuera una experiencia bonita de recordar para Will, no que le causara un trauma al menor por el resto de su vida por no haber estado preparado para hacerlo. Sin embargo, el menor asintió con seguridad.

—Mike, te amo, y te quiero, y te adoro... Lo hago tanto que no sé como expresarlo, y lo que más quiero es entregarme a ti, solo a ti. Porque mi primera vez no se la entregaría a alguien con quién no quisiera pasar el resto de mi vida. Porque sé que no vamos a tener sexo, eso no encaja con nosotros. Sé que lo que vamos a hacer es amor, amor puro, y no puedo esperar para sentirlo.

El contrario le sonrió dulcemente y le dio un pequeño beso, acariciando su mejilla.—Yo también te amo, y también quiero demostrártelo de la misma manera, quiero demostrarte que eres mi cielo, mi mundo y mi todo. ¿Qué hechizo me has lanzado, Will el Sabio?—los dos rieron por el apodo, les recordaba a su niñez, y también todos los años que habían pasado juntos.

Se sonrieron tímidamente y volvieron a unirse en un beso. Sin duda iba a ser una nueva experiencia y estaban seguros que querían experimentar eso con el otro, solo con el otro.

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—Bueno... Anoche os lo pasasteis bien, ¿no, chicos?—. Dustin soltó de repente cuando estaban todos sentados para desayunar.

Lucas le dio un golpe en el brazo.—¡Imbécil, acordamos que no lo mencionaríamos!

—Ay, madre.—Will apoyó los brazos sobre la mesa cubriendo su cara completamente roja.

Mike inmediatamente lo abrazó acariciando su cabeza.—¡No seáis así de idiotas y terminaros de una vez el desayuno, par de imbéciles!

Lucas y Dustin asintieron, se miraron y aguantaron la risa.—De acuerdo, de acuerdo. Pero Will, ¿sabes cómo alguien fuma sin tocar un cigarro?—Will extrañado se gira hacia él y niega con la cabeza.

—Siendo un fumador pasivo.—dijeron haciendo énfasis en la última palabra soltando carcajadas. Will se sonrojó violentamente volviendo a tapar su cara. Esta vez Mike se levantó de su asiento para comenzar a perseguir al par por toda la casa.

Bueno, no había sido una mañana tan mala.

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—¿Te lo has pasado bien, Will?—le preguntó Hopper a su hijastro desde el asiento del conductor. Fue a recogerlo cuando le dieron el alta esa misma mañana. El chico simplemente asintió sin decir una palabra con un leve sonrojo en sus mejillas.—Oye, ¿estás bien? ¿Te duele algo? Es que has venido caminando muy extraño y te has quejado cuando te has sent-...—y ahí fue cuando se dio cuenta.
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Tocaron a la puerta y Mike fue felizmente a abrirla pensando que sería Will que se olvidó algo, pero por la mirilla vio que se trataba de Hopper que tenía una expresión furiosa.—Oh, mierda.—Salió corriendo a su sótano diciéndole a su madre que si preguntaban por él, no estaba.

—¡WHEELER, SÉ QUE ESTÁS AHÍ!

𝚍𝚊𝚍𝚍𝚢 𝚑𝚘𝚙𝚙𝚎𝚛 ; 𝙗𝙮𝙡𝙚𝙧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora